Muchos de los animales tienen Mallorca como destino | Gemma Andreu

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Navidad es temporada alta para la comercialización de la lechona, y es por ello que su cría está perfectamente planificada con el objetivo de que estos animales lleguen, ajustándose a las exigencias del mercado, al mundo a finales de noviembre. El objetivo es poder ofrecer al consumidor unos ejemplares que alcanzan su momento óptimo para ser una de las estrellas de los platos navideños. Estamos hablando de animales de al menos seis kilos en canal y entre seis y diez semanas de vida aproximadamente.

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En Menorca, se trata de un tipo de carne que goza de popularidad, aunque no tanta como en la isla vecina de Mallorca, donde «al menos ocho de cada diez familias se decantan por ese plato de cara a las fiestas navideñas», calcula Antoni Palliser, el gerente de Ganados Palliser. La demanda es tal entre los mallorquines que muchas de las cabezas criadas en Menorca acaban cruzando el canal. «Si este mes vamos a sacrificar aproximadamente 1.300 lechonas, ten por seguro que al menos un millar irán a Mallorca», añade Palliser.

Algunos de los animales viajan ya sacrificados, pero también es habitual que lo hagan vivos. Y es que al parecer, el porcino no es una carne que aguante mucho tiempo en la cámara frigorífica. La semana que viene, la actividad en las granjas y mataderos de la Isla comenzará a aumentar progresivamente.

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