Los camposantos de lña Isla recibieron numerosas visitas a lo largo de toda la jornada paran honrar a sus familiares con flores | Gemma Andreu

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La tradición perdura. Los menorquines cumplieron un primero de noviembre más con la tradición de visitar los camposantos de la Isla para cumplir con el ritual de rendir homenaje a la memoria de los ausentes. Y lo hiceron durante una jornada desapacible, marcada por la lluvía, pero que no impidió en que durante momentos puntuales, principalmente a mediodía y primera hora de la tarde, los cementerios se llenaran de gente.

Visitas en las que, como es costumbre, no faltaron tampoco las tradicionales decoraciones florales. Una fiesta la de Todos los Santos que se celebró con normalidad pese a la inestabilidad vivida durante los últimos días en los municipios afectados por el apagón eléctrico provocado por el cap de fibló. Una situación que, tal y comentaban este jueves algunas de las personas que acudieron al cementerio viejo de Ciutadella, ha provocado que las visitas este año no hayan sido tan escalonadas.

Otro de los factores a tener en cuenta este año ha sido las dificultades que han tenido algunas floristerías para poder mantener el género en las condiciones adecuadas para despacharlo. Tal y como reconoce Àngel Benejam, de la Floristería Allès, este año las ventas se han retrasado mucho: «hasta el último momento».

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