Las máquinas reemprendieron hace unos días las tareas de excavación iniciadas el año pasado | Líthica

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El tiempo pasa y el proyecto de Líthica sigue creciendo. El terreno de las Pedreres de s’Hostal aumenta a lo ancho, y también en profundidad. Y eso obedece principalmente a la anexión de una de las canteras adyacentes, que la propiedad tenía alquilada para otros fines comerciales, y la excavación de una de las canteras más grandes que alberga el recinto, o por lo menos la más profunda, que se adentra en el subsuelo hasta unos 30 metros, tal y como explica José Bravo, uno de los miembros de un proyecto que, impulsado por Laetitia Lara, cumplirá el próximo año su primer cuarto de siglo de historia.

Así, el equipo de la asociación fundada en 1994 ante la urgencia de salvar las canteras de marés de su desaparición inminente bajo los escombros, como cada año, está aprovechando la temporada baja para avanzar en las tareas de recuperación y conservación del entorno.

Un trabajo que iniciaron ya el pasado año en una cantera, aún sin nombre, pero a la que la familia de Líthica se refiere como «la del pino», explica Bravo, en referencia a los restos de un árbol que allí tiene todavía sus raíces. La actuación se está llevando a cabo gracias a la colaboración del Consell insular y una de sus líneas de ayuda específicas para la recuperación del patrimonio, que en el caso de Líthica están destinando a la retirada de escombros de la antigua cantera y al acondicionamiento de los caminos. En lo que se refiere a la pedrera, el Ejecutivo insular se hace cargo de la mitad de los 5.000 euros que está costando la intervención de 2018.

Una actuación, que según avanzan desde Líthica, se prolongará en el tiempo, por el alto coste económico, y para la que aún no tienen una fecha de acabado. Sin embargo, avanza Lara que se trata de la última gran cantera que queda por excavar en el recinto, de unas características muy similares a la primera que se rehabilitó, la del Anfiteatro, donde se llevan a cabo gran parte de las actividades culturales que acoge el espacio, como por ejemplo el festival Pedra Viva.

Según explica Bravo, los planes iniciales pasan por no llegar hasta el fondo de la cantera con la intención de dejar una base de tierra que sirva para acondicionar el terreno como una zona ajardinada, tal y como se ha hecho en otros espacios del recinto. En cuanto a las labores que en éste se pueden desarrollar una vez recuperada la última gran cantera, Bravo adelanta que aún así quedan muchos trabajos por realizar en el recinto: «Aquí siempre hay algo que hacer», sostiene.

En lo que se refiere a la incorporación de la nueva cantera, el experto avanza que el hecho de que hasta la fecha se haya utilizado a modo de vertedero implica una mayor complicación a la hora de la rehabilitación, por lo que necesita un plan especial para su recuperación.

Una labor la que desarrollan en los últimos tiempos que ha dado a Líthica grandes alegrías, como fue el año pasado alzarse con el premio Hispania Nostra como reconocimiento a sus buenas prácticas en la conservación del patrimonio cultural y la naturaleza.