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Es Castell volvió a ser, por un momento, aquella localidad que fundaron los británicos bajo el nombre de Georgetown en 1771, en honor al rey Jorge III. El pueblo se trasladó, en concreto, al 16 de junio de 1802 para revivir la ceremonia de entrega de Menorca a la corona española por parte de los ingleses. Así lo acordaba el Tratado de Amiens de ese año. El cambio de manos de la Isla fue a cargo del segundo Batallón del Regimiento de Soria, que representaba al ejército español, y el 17 Regimiento de Línea en nombre del ejército británico.

Con una cuidada representación, el municipio iba a simbolizar la soberanía española con el izado de la bandera del Regimiento de Soria y el arriado de la británica que lucía imponente sobre la Plaça Esplanada. Con una puntualidad británica, la música se asomó por la calle Victori. Veinte figurantes acompañados por dos jinetes avanzaban hacia la plaza para disponerse a revivir aquella efemérides.

Pero, la bandera británica acabó por los suelos. El fuerte viento dobló y tumbó el mástil en el que estaba izada ante el asombro del numeroso público allí presente. Los figurantes, que transportaban la española, también desfilaban con dificultad para que el estandarte no se les fuera de las manos. De inmediato, la bandera inglesa fue levantada y plegada. Y la organización decidió que la española se izaría en el mástil del Museo Militar. Y así se hizo mientras los dos caballos hacían una reverencia ante el estandarte.

La recreación de ayer no contó con las salvas de cañón. El director del Consorcio del Museo Militar de Menorca, Javier Castro, explica que se trata de unas herramientas que necesitan inspecciones y revisiones técnicas y, aunque no suponen un grave riesgo conviene que se lleven a cabo para la seguridad del acto.

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