Un joven realizando acrobacias en Ciutadella. | Gemma Andreu

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Los skaters de la Isla empiezan a ver el futuro con mejores perspectivas. Si el pasado diciembre nos hacíamos eco del peligro que suponía para los patinadores el deficiente estado en el que se encontraban las instalaciones de diferentes poblaciones, la tendencia está comenzando a cambiar. Así lo reconocen desde del Skate Club Menorca, que ven la reciente reforma realizada en Ciutadella como un ejemplo de la línea que se ha de seguir. Una de sus directivas, Aina Sastre, se refiere a la colaboración entre todas las partes implicadas, el Ayuntamiento, la empresa que ha ejecutado la rehabilitación y las sugerencias de los propios skaters.

«La actuación llevada a cabo ha cumplido con nuestras expectativas», resume Aina Sastre, quien no esconde el hecho de que, a nivel insular, siempre hay margen para mejorar. Agradecen desde el club también las obras que se han llevado en las instalaciones de Alaior y en Cala en Porter, así como los retoques realizados en Maó, donde los skaters están a la espera de reformas más integrales. Mientras que en Ferreries se está pendiente de un posible cambio de ubicación.

Desde el Skate Club Menorca mantienen que lo ideal sería que los Ayuntamientos pusieran en marcha planes de mantenimiento. Advierten que hay factores que hacen de Menorca un lugar diferente para la conservación, principalmente por culpa de la humedad y el salitre afectan mucho a los materiales que se utilizan.

Mejorar lo que hay e incorporar nuevas instalaciones son los retos. En Es Castell el Ayuntamiento trabaja en la ejecución de un proyecto híbrido en S’Esplanada, en este caso con la incorporación de algunos módulos de granito y hormigón, y en Sant Lluís también se comenzó hace tiempo a hablar de un skatepark a instancia de los presupuestos participativos.