'Venus', en la costa de Binidalí | Gemma Andreu

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El verano menorquín se ha caracterizado hasta la fecha por un intenso tráfico marítimo, que ha permitido disfrutar de embarcaciones con un amplio abanico de tipologías, tanto clásicas como de diseño moderno. «Venus» es una de las embarcaciones más llamativas que dejó ver su silueta a finales de julio en la costa sur de la Isla.

«Venus» es el superyate de acero y aluminio, con cubierta de teka, que mandó a construir Steve Jobs y que fue botado en 2012, un año después de su muerte. Tiene 78.20 metros de eslora, 11.80 metros de manga, 3 metros de calado y una potencia instalada de 5119 kW. En su puente de mando, siete ordenadores iMac sustituyen a las habituales consolas de control.

La embarcación puede albergar hasta un total de 24 personas, la mitad pasajeros y la otra miembros de la tripulación.

La historia del superyate se remonta cinco años atrás, en 2007, cuando Jobs decidió encargar la construcción de la embarcación al mejor diseñador de yates del mundo, el francés Philippe Starck. El empresario y magnate de los negocios en el sector informático y de la industria del entretenimiento estadounidense    le dio carta blanca, con muy pocas limitaciones al diseño: las dimensiones de la eslora,    el yate debía tener seis camarotes idénticos, y silencio, de modo que pudiera comunicarse desde la popa con los adolescentes acomodados en proa mediante un sistema de comunicación integrado, sin necesidad de gritarse de un extremo a otro de la embarcación.

La ingeniería naval fue asumida por el estudio de ingenieros navales De Voogt Naval Architects, y la construcción se llevó a cabo en el astillero holandés de De Vries en Aalsmeer, todos ellos parte del grupo Feadship, el mayor constructor de yates en Holanda y uno de los mejores del mundo, con un presupuesto que se estima en más de 100 millones de euros.