Presenta su libro en Palma el próximo martes, con parada dos días en Menorca para atender a los medios

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El médico psicoterapeuta José Aznar (Barcelona, 1950) aterrizó esta semana en la Isla de viaje de presentación en Balears de su libro «El ser y el ego: un camino hacia la luz». Recoge la experiencia tras 35 años ofreciendo psicoterapia de forma gratuita. Un lujo, hacer lo que le gusta, y además, de forma altruista, que en su opinión cobra más sentido, gracias a la herencia de una gasolinera. Es la anécdota de esta historia de este profesional de la Medicina, que tras especializarse en psiquiatría y ejercer unos años en el Hospital Clínic, lo dejó todo, por decirlo de alguna forma, para ayudar a los demás.

¿Hacerlo de forma desinteresada es ayuda por excelencia?

—Aunque, cuando das, siempre obtienes cosas buenas. Todo empezó conociéndome a mí mismo, con ayuda de distintas técnicas terapéuticas, para darme cuenta de que solo amándonos podemos ser felices y amar a los demás.

¿El psicoterapeuta debe mirar siempre los problemas de los pacientes con cierto amor?

—La persona se tiene que sentir bien tratada por el psicoterapeuta, e igual de valiosa que este. La relación siempre tiene que ser de igual a igual; todos tenemos cosas que aprender de los demás.

¿Ha aprendido muchos junto a los pacientes?

—Las adversidades de los pacientes han sido un camino de aprendizaje incluso para conocerme mejor a mí mismo. Y hacer este trabajo junto a ellos es igualmente para mí terapéutico.

¿Qué es el ego en su libro?

—Los pensamientos y las emociones negativas con los que creamos una falsa identidad a lo larga de la vida; desde la falta de valía o autoestima, o culpa a creer que estamos por encima de los demás. Necesitamos conocernos para eliminarlos de nuestra mente, dándonos cuenta de cuándo o cómo aparecen.

¿’Conócete a ti mismo’, tal y como lo decía Sócrates?

—Claro; conocerse para eliminar cosas negativas que tenemos: miedos, juicios sobre nosotros mismos o sobre los demás, etc. Conocerse es amarse. Y cuando uno se ama a sí mismo, ama a los demás. Esto es la felicidad; sentir nuestra plenitud.

Lo dice como si fuera fácil.

—Es lo más difícil que hay, conocerse, y encontrar la felicidad. Pero vale la pena recorrer con valentía este camino, que puede ser largo y duro. Poder discernir lo que nos limita en nuestro ser.

¿Y usted ofrece psicoterapia a todo tipo de personas?

—Aunque yo creo en la psicoterapia presencial; en el cara a cara con mis pacientes. Las redes sociales, por otro lado, me permiten dar herramientas y llegar a más gente.

¿Y cómo se solventan los trastornos que tienen una índole social o económica?

—Las dificultades, con sus miedos, el sentimiento de rabia, incluso una depresión, hacen, muchas veces, que busquemos ayuda para enfrentar la situación. Es lo que nos va a ayudar a salir del pozo.

¿Debería haber más psicólogos en Atención Primaria?

—En las gestiones de lo público hay limitaciones económicas. Aunque yo creo que a nadie se le escapa que es importantísima la salud mental. Sí es muy conveniente que se trabaje desde la enseñanza, en los colegios, este ámbito psicológico, la gestión de las emociones, como una asignatura más.

Hay una máxima que dice: ‘No regales tu trabajo’.

—Entiendo bien que hay que ganar dinero para vivir. En mi caso, mi situación económica, el negocio que me cedió mi madre en herencia, una gasolinera, me permitió dedicarme a hacer lo que me gusta. Y he sido muy feliz.