Raúl Petrescu, Aina Gilabert, Roser García y Joan Denclar, alumnos del ‘Pasqual Calbó’. | Josep Bagur Gomila

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Raúl Petrescu, Aina Gilabert, Roser García y Joan Denclar son los estudiantes de cuarto de ESO del IES Pasqual Calbó i Caldés de Maó que, bajo el nombre GPCM, representarán a las Illes Balears en la competición nacional del reto CanSat, que organiza la Agencia Espacial Europea y que se celebrará en Granada el próximo viernes 19 de mayo. «Tenemos unas expectativas altas porque hemos estado trabajando mucho, creemos que vamos a dejar a Balears en una buena posición», explican.

Consiguieron clasificarse después de ganar la primera competición regional en Mallorca el pasado 24 de abril. Más de 150 alumnos agrupados en 24 equipos de 10 centros educativos de toda la comunidad autónoma se desplazaron hasta el aeródromo de Son Albertí, en Llucmajor, para lanzar sus CanSat o minisatélites del tamaño de una lata de refresco y defender sus proyectos ante un jurado en la Universitat de les Illes Balears (UIB).

El experimento y los motivos que justificaron los estudiantes del 'Pasqual Calbó' fueron los mejores y merecieron el reconocimiento del jurado. «Estamos muy orgullosos de haber pasado a la siguiente fase, porque competimos incluso contra alumnos de segundo de bachillerato», declaran. Esa misma noche, instalados en el hotel, empezaron una lista de aspectos a mejorar de cara a la competición nacional. También comunicaron el logro a sus patrocinadores, que les financian los costes del material para construir el minisatélite y los gastos de viaje.

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Preparativos

Estos días previos a la competición nacional están haciendo experimentos para realizar pruebas de funcionamiento de los sensores, para poder justificar la parte científica y poder crear atmósferas diferentes con el objetivo de demostrar sus conclusiones. También están reestructurando la parte técnica para reducir el volumen y que el minisatélite sea más eficiente. «Aunque no ganemos, la experiencia es muy positiva por el aprendizaje durante los preparativos y la ilusión de ir de viaje en grupo», reconocen.

Todos ellos son jóvenes interesados en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Dedican el tiempo del patio, las clases de TIC y casi todos los fines de semana a mejorar su proyecto. Se han organizado de forma que cada uno avanza con las tareas asignadas, que responden a los distintos campos en los que se han especializado. Todo esto, bajo la supervisión de su mentor, el profesor de Tecnología del ‘Pasqual Calbó’ Juan Carlos Gavari, que subraya la constancia de los estudiantes.

La competición nacional en la que participarán en Granada el próximo viernes 19 de mayo reunirá a los grupos ganadores de las competiciones regionales que se han llevado a cabo en el resto de comunidades autónomas. De esta prueba saldrá ganador el equipo que representará a España en la competición final europea que se celebrará en junio.

Cabe recordar que el reto para los estudiantes es adaptar todos los subsistemas principales de un satélite real, como la energía, los sensores y el sistema de comunicación, dentro del volumen y la forma de una lata de refresco. Una vez logran esto, deben introducir el minisatélite en un cohete que alcanza una altitud de aproximadamente un kilómetro y analizar los datos obtenidos.

El apunte

Los lanzamientos en Balears se hicieron por primera vez el pasado 24 de abril

Para participar en los lanzamientos de minisatélites que tuvieron lugar durante la Jornada CanSat que se celebró por primera vez en las Illes Balears el pasado 24 de abril era necesario formar parte de un equipo de tres a seis alumnos de entre 14 y 19 años de alguno de los centros educativos de la comunidad autónoma. En total, se apuntaron 42 grupos, de los cuales 24 consiguieron llevar a buen puerto su proyecto y participar en el concurso regional. Fueron, así, más de 150 alumnos los que lanzaron cohetes en los que estaban instalados los diferentes CanSat o simulaciones de satélites reales concentrados en una lata de refresco.

Los dispositivos lograron una altura de unos 400 metros y una avioneta realizó mediciones. Durante la caída, los equipos realizaron un experimento científico o una demostración tecnológica. El objetivo final era conseguir un aterrizaje seguro y analizar los datos recopilados para, después, exponer sus proyectos ante los tribunales en la Universitat de les Illes Balears (UIB).

El único equipo de Menorca que logró participar en el concurso regional, el grupo GPCM del IES Pasqual Calbó i Caldés de Maó, fue el elegido por el jurado para representar a las Illes Balears en la fase nacional de Granada.