La directora del Museu de Menorca, Carolina Desel, con la chef Bàrbara Lluch, en el antiguo refrectorio del convento de Sant Francesc, que el miércoles volvió a servir de comedor. Junto a ellas, Miquel À. Marquès.

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Un menú con sabor a historias es lo que ofreció el Museu de Menorca a representantes de los medios de comunicación de la Isla. La chef Bàrbara Lluch elaboró cuatro platos inspirados en el «menú Richelieu», François Armand de Vignerot du Plessis (1696-1788), el duque que en el XVIII expulsó a los ingleses y descubrió la salsa mahonesa, que le sirvió una menorquina de la que dicen que se enamoró. Ese menú histórico constaba de 36 platos, porque los franceses llenaban la mesa de manjares y cada comensal se decantaba por uno u otro.

Una muestra del menú. La chef Bàrbara Lluch elaboró cuatro platos con referencias a esa carta de 36 platos del siglo XVIII. Con sabores actuales y con una historia detrás.

Bàrbara Lluch cocinó cuatro platos muy sabrosos. El primero, un carpaccio de tomate de corazón de buey con una versión de la salsa garum, que en tiempos de los romanos comían los legionarios que iban a morir. La chef sustituyó las vísceras de pescado por anchoa, miel, aceite de oliva y moscatel. El segundo plato se llenó con patatas a la mahonesa, elaborada con gin y limón. El tercero fue un escabeche de pescado con una salsa de fresas y verduras. Y de postre una coca de congret con chocolate y un helado de nata y yogurt.

Este encuentro gastronómico del miércoles sirvió también para celebrar el éxito de la exposición «El sabor de Menorca» que ha permanecido abierta más de un año en el Museu y que se clausurará en octubre.