Las actividades al aire libre también forman parte de su programa.

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Las personas con diversidad funcional cuentan en la Isla con el refugio que suponen los centros ocupacionales, pero en lo que se refiere al ocio existe un gran vacío. Esa fue a la conclusión a la que llegaron Teresa Ametller, educadora social, y Tònia Gomila, madre de una persona con diversidad intelectual.Ellas son el motor de Divers, un proyecto pensado para abordar esa situación y que ha derivado en la formación de un colectivo, autodenominado como «El grup dels Somnis», que actúa como alma de una iniciativa que no ha dejado de crecer desde que dio sus primeros pasos.

Rememora Gomila cómo comenzaron a indagar, «a preguntarles cómo se sentían, y enseguida nos dimos cuenta de que realmente estaban solos, de lo mucho que sufrían y que necesitaban integrarse y socializar». Ese análisis dio pie a la celebración de unos encuentros semanales que han ido cuajando con el paso del tiempo y derivando hacia diferentes tipos de actividades. «Descubrimos que había mucho por hacer», continúa Gomila, «y que no se trataba solo de salir a dar una vuelta, sino de una necesidad de sentirse integrados, útiles, son personas que tienen ganas de trabajar para cumplir sus sueños».

La iniciativa llegó a oídos de la Fundació de Discapacitats, y de su mano se formó en Divers otro grupo, denominado el de los amigos, y que ahora forma parte también de la familia. Un paso más dentro de un proyecto «a largo plazo» y que ya ha cumplido con su primer objetivo, el de la integración. Ahora están embarcados en la segunda etapa, pensada para hacer que se sientan conectados al mundo y al resto de la sociedad.

«A cada paso que damos obtenemos una gran respuesta», continúa Gomila, y ahora el reto pasa por seguir dando visibilidad a lo que hacen con la vista puesta en entrar en una nueva fase, la de la profesionalización, para la que ya han mantenido contactos con el Consistorio para que se pueda ceder un espacio como sede.

Quedar a charlar en una cafetería cada semana, salidas nocturnas para ir a bailar, excursiones... El ansia por hacer cosas no tiene límites. «Hay muchos sueños todavía por cumplir», reconoce Gomila, quien avanza que uno de los próximos objetivos es llegar a organizar un viaje.

Es el de los sueños un grupo en el que conviven personas con diferentes grados de diversidad funcional e intelectual, también de edades distintas; una familia arropada por una red cada vez más amplia de voluntarios que se han embarcado en la aventura de seguir compartiendo sus vidas.