El Toro se convirtió un verano más en toda una fiesta | Katerina Pu

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El verano encara ya su recta final y con él empezamos a despedir la temporada de fiestas. Este fin de semana la celebración ha sido doble,   junto al mar en Cala en Porter y en la cima de la Isla, El Toro, las de Sant Nicolau. Una cita esta última que destaca por la espectacularidad de las vistas, una menor afluencia de gente, ya que solo se puede acceder a pie o en autobús, y la participación de todos los municipios de la Isla con un caixer como abanderado.

Tras una jornada inicial, la del sábado, en la que Sant Nicolau comenzó a coger temperatura con un Jaleo en el centro de Es Mercadal, el domingo la fiesta madrugó para ponerse en marcha. Lo hizo bien pronto, con la diana que hizo sonar la banda de música la Xaranga des Endurriols, con una calurosa jornada por delante.

Media hora más tarde, la fabiolera Roser Vinent Seguí inició el Replec de caixers y cavallers con el objetivo de que la qualcada comenzara a tomar forma. Poco antes de las diez, cuando muchos ya habían iniciado la ascensión hasta al santuario, tuvo lugar la entrega de banderas a los caixers y caixeres fadrines en la Placeta de l’Església.

Una vez en la cima, el Santuario de la Mare de Déu del Toro acogió la celebración de la Missa de Caixers, que estuvo oficiada por el obispo de Menorca, Gerard Villalonga. Un encuentro durante el que se cumplió con la tradición  de aigua-ros antes de que la comitiva, formada por 36 jinetes más la fabiolera, obsequiara a los asistentes con la celebración del siempre espectacular Jaleo, cuyas notas comenzaron a sonar a las 12.35 horas.