iNNat apuesta por la Isla y su preservación con esta nueva acción de recogida, rellenado y reutilización de sus botellas de cristal.

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La marca de ginebra menorquina iNNat ha puesto en marcha un sistema logístico de recogida de sus botellas de cristal consumidas en bares, restaurantes o eventos, con el objetivo de reutilizarlas y contribuir a reducir la huella de carbono y en consecuencia, el impacto en el medio ambiente. En colaboración con el distribuidor Menorquina de Bebidas y con todos aquellos clientes que quieran sumarse a esta innovadora iniciativa, el propósito final es que sean devueltas para su rellenado y etiquetado en la fábrica que la marca tiene en el municipio de Es Castell, donde elabora su conocida ginebra.

Una segunda oportunidad para las botellas de iNNat para potenciar y mejorar todos los productos de la firma menorquina

«Cada vez que una botella de iNNat se reutilice, se serigrafiará con un sello específico y el número de sellos que acumule cada botella, permitirá conocer el número de veces que ha sido reutilizada cada botella» explica Matthew Meacham, propietario del negocio. Con esta acción que han bautizado como «Cuantos más sellos, más vidas», iNNat se posiciona como la primera marca de ginebra en Menorca en reutilizar sus botellas, poniendo en valor los valores de sostenibilidad y preservación de la naturaleza que promueve Menorca como Reserva de la Biosfera. La firma, que se distribuye en Menorca y Mallorca y tiene previsto abrir mercado en Cataluña, comercializó en 2022 unas 15.000 botellas, cifra que este año ya se ha más que duplicado.

Del licor de hierbas a la ginebra

El origen de la ginebra premium iNNat nace de la experiencia de tres generaciones de maestros licoreros de la familia Quintana, que desde 1930 se dedicaban a macerar licores como una forma de subsistencia, siguiendo recetas tradicionales que utilizaban los monjes que habitaban en el Santuario del Monte Toro. En 2014, Cristina Quintana Pons recogió el testimonio de sus antepasados, y además de seguir macerando licores de hierbas tradicionales bajo la marca Herbes Biniarbolla, lanzó al mercado dos marcas innovadoras de ginebra con las que pretendía penetrar en el sector de la hostelería y la restauración. Fue en esta nueva etapa cuando la ginebra iNNat vio la luz, elaborada a partir de la maceración de enebro, pino, romero, limón y un toque de frutos rojos y arándanos que marcaban su carácter suave, delicado y muy aromático.

Cada vez que se reutilice una botella, se sellará con un grabado.

La aceptación fue tal que en 2017, El Economista la situó como la mejor ginebra de Balears y un año más tarde, la prestigiosa Guía Peñin sobre vermuts y destilados, le otorgó 92 puntos. En paralelo también presentó otra ginebra llamada Glop y dirigida a un público más joven con una imagen más desenfadada. Lamentablemente, el estallido de la pandemia se llevó por delante todos los esfuerzos depositados en el proyecto y se vieron obligados a cerrar la pequeña fábrica que tenían en Alaior pero hace dos años, un grupo de amigos muy vinculados a la Isla y liderados por Matthew Meacham, que tenía experiencia en el sector de bebidas y la restauración, decidió recuperar las marcas.

Asociándose con Cristina, el grupo nuevo ha llevado a cabo un cuidadoso trabajo de modernización de toda la imagen corporativa pero respetando las formulaciones de las recetas que heredó de su abuela para elaborar la nueva edición de los licores, que contaban con hasta dieciséis tipos de botánicos para su maceración en frío de más de 40 días, desde el romero, al anís, el pino menorquín, la manzanilla o el limón, entre muchos otros.

Las botellas recicladas, listas para un nuevo uso.

Una segunda oportunidad para potenciar y mejorar todos los productos de la firma menorquina, que arrancó con el relanzamiento de su conocido licor de mandarinas o de sus famosas hierbas, ahora maceradas con botánicos recogidos de la finca ancestral donde los Quintana iniciaron su andadura en Binissaida dels Barracons, hasta su ginebra premium iNNat, en la que decidieron mejorar su envase, apostando por una botella de cristal de 800 gramos, mucho más elegante y robusta. Una nueva etapa basada en la vuelta a las raíces y la innovación que cuenta con un equipo de seis personas y Cristina Quintana como responsable de fabricación, cuya producción se ha trasladado a unas modernas instalaciones en el Polígono Industrial de Es Castell, donde se lleva a cabo el proceso de maceración y embotellamiento.