La Plaça des Pins de Ciutadella se convirtió en una gran fiesta con el desfile de perros como actividad central | Protectora d'Animals de Ciutadella

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Luna, una pointer de 9 años; Boira, una podenca de 7 meses, Zacu, una american staffordshire terrier de diez años y dos cachorros de dos meses. Esos son algunos de los animales que han encontrado, o están a punto de hacerlo, una nueva familia. Una buena noticia que es posible gracias a la labor de la Protectora d’Animals de Ciutadella, entidad siempre con proyectos en mente que van más allá de los esfuerzos para el cuidado de las mascotas y que el pasado domingo organizó en Ciutadella su Feria de Adopciones.

Una muestra, destacan sus promotores, que ya se puede decir que ha resultado ser «todo un éxito» y «con mucho interés por parte del público». Y en ese sentido, las cifras hablan por sí solas, ya que no es fácil hoy en día reunir en torno a una causa a 400 personas.

La vida de los animales que se citaban al principio está a punto de dar un giro. En realidad son los ejemplares que despertaron interés en los visitantes a la feria, pero para hablar de cifras concretas hay que esperar todavía un poco. «No hacemos adopciones al momento para evitar decisiones por impulso», explican desde la Protectora. «Es una decisión que debe ser muy bien meditada», continúan, por lo que todos los interesados tienen que pedir cita para activar el proceso. No obstante, los organizadores son optimistas, ya que confían que, como suele ocurrir en otras citas similares, a lo largo de esta semana se formalicen las adopciones previstas y, por qué no, alguna más.

El buen ambiente reinó durante toda la mañana en la céntrica Plaça des Pins, donde se desarrolló un programa de actividades que tuvo como eje central el esperado desfile que tuvo lugar a mediodía, y en el que tomaron parte algo más de una quincena de canes. La mayoría de ellos provienen del centro de acogida de Ciutadella junto a otros que la Protectora tiene en casas de acogida de voluntarios que ofrecen su hogar temporalmente.

Una fiesta con un objetivo claro: «Fomentar las adopciones para evitar que se masifiquen las perreras», pero también «concienciar» a la gente sobre la situación de abandono que existe en Menorca, «que es mucho más de lo que la gente se imagina», alertan. En tercer lugar, la feria sirve para recaudar fondos con los que seguir luchando para ayudar a los animales abandonados.

Por último, relatan desde la organización que durante el desfile destacó el buen carácter de los podencos «que a pesar de tener fama de perros muy nerviosos y que necesitan mucho espacio, en realidad es una raza excelente para convivir en cualquier hogar».