Los botes recogidos hasta ahora en la campaña que arrancó a principio de mes.

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La solidaridad insular ha permitido recoger hasta ahora 300 botes de leche en polvo que el fotógrafo y cronista asturiano-menorquín, Emilio Chamizo, ha impulsado con el propósito de trasladarlos, él mismo, al centro de distribución de ayuda humanitaria en Odesa el próximo mes.

La campaña iniciada el 1 de noviembre tiene como objetivo, al menos, recoger 600 botes, aunque la primera meta era llegar a los 1.000. «Seguiremos hasta el 5 de diciembre, aunque la campaña va un poco más lenta de lo que esperaba», explica Chamizo.

Harían falta otros 300 botes en estas dos semanas, «por eso pedimos un último esfuerzo a todas las personas que puedan ayudar», señala el fotógrafo que ya ha visto los horrores de la guerra en el país ucraniano. Cada bote alimenta un bebé durante 10 días. «Los supermercados han bajado un poco los precios,    es el momento de adquirirlos», añade.

Los botes de leche se pueden entregar en las farmacias y en los ayuntamientos de Maó y Sant Lluís. «Quiero llegar a Ucrania antes de la navidad», indica, con este alimento básico para los bebés que sufren la guerra por la invasión del ejército ruso.