El actor, dramaturgo y ‘clown’ lleva tiempo ‘navegando’ con un proyecto educativo que ahora llega a las aulas de Menorca y que se complementa con un dossier pedagógico | T.F.L.

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«Hola, soy Félix Gómez, payaso y pedagogo». Así se presenta el responsable de «Le Kayak Clown», un espectáculo educativo con el que actualmente está de gira por algunas escuelas de la Isla gracias a un programa que cuenta con la colaboración del Fons Menorquí de Cooperació. ¿El objetivo? Convertir las aulas por un tiempo en un escenario para trabajar, aprender y concienciar sobre los movimientos migratorios.

El montaje estrenó en 2021 su primera versión en Palma y el verano de ese mismo año llegó a Sant Lluís. Un proyecto vivo en el que sigue trabajando y que ahora regresa a Menorca adaptando lo que era un espectáculo de calle a un espacio cerrado. «Durante todo ese tiempo he continuado trabajando la dramaturgia con el objetivo de mejorar el mensaje», explica el clown, que el pasado verano profundizó en el proyecto a través de una residencia artística que desarrolló en la sala Albert Camus de Sant Lluís.

La representación del espectáculo en el CEIP Tramuntana

Del resultado de ese proceso están aprendiendo ahora alumnos de entre 10 y 11 años. Un proyecto para el que más allá de lo puramente artístico, Gómez ha desarrollado un dossier pedagógico para abordar la temática central de la obra. Un material con el que los estudiantes trabajan con sus profesores antes de la cita con «Le Kayak Clown».

La pieza narra la llegada del protagonista a una playa de Menorca, un planteamiento, avanza su responsable, «que nos guía por un viaje lleno de emociones». Explica que las risas están aseguradas, «pero la historia de muestro protagonista nos deja una mirada más allá de donde nuestros ojos llegan en el horizonte. Es la historia de miles de refugiados».

«El teatro es una herramienta educativa maravillosa», continúa el pedagogo, «porque nos despierta emociones, nos hace ver cosas a través de un lenguaje al que no estamos acostumbrados. No estamos ante una pantalla de televisión o una tablet, dispositivos en los que continuamente estamos recibiendo imágenes planas». En ese sentido, enfatiza que  en el teatro tenemos delante a alguien «que podemos ver desde los dedos de los pies hasta la cabeza, también cada gesto, y ello crea una conexión especial».

¿Ayuda la risa a fijar los mensajes? «Nos conecta con nosotros mismo como seres humanos. La risa ayuda a relajarte cuando se mezclan otras emociones más profundas, como pueden ser en este caso la tristeza y la nostalgia, hace que estemos más preparados para recibirlas». Un trabajo en el que el responsable de la obra tiene que hacer ciertos malabarismos a la hora de aproximar el humor a temas más delicados. «Para eso está el trabajo de la dramaturgia», explica.

«Mi servicio, la risa. Mi producto, yo mismo». Ese es lema de este profesional que también ejerce como profesor del ciclo formativo de integración social en el instituto Cap de Llevant. Por otra parte, desarrolla otro proyecto artístico que lleva por título Theather for Life, con espectáculos para todos los públicos, mayores y pequeños.