Imagen de la procesión del Viernes Santo en el centro de Maó | Gemma Andreu

TW
1

Las procesiones del Santo Entierro, en la noche del Viernes Santo, constituyen una manifestación de la intensidad, la vigencia y la belleza de la piedad y la religiosidad popular de Menorca. Son el Via Crucis de las cofradías y hermandades que abarrotan las calles y plazas de los centros urbanos al atraer la participación de centenares de personas.

Es una plástica representación de la pasión y muerte de Jesús que se simboliza en las imágenes de cada cofradía o hermandad. La celebración concluye con el sermón de la Soledad. En Ciutadella lo pronunció Florenci Sastre, mientras que en Maó corrió a cargo de Joan Miquel Sastre.

Es una noche de silencio, de redobles de tambor, el sonido acompasado de los cofrades al levantar los pasos, ecos de cantos litúrgicos; la música, grave, severa y rítmica. Austeridad. Jesús ha muerto, pero resucitará.

El sentido de la cruz de Jesús

En el Oficio de la Pasión del Señor, celebrado ayer tarde en la Catedral, con la adoración de la cruz, el Via Crucis y el canto de la Capella Davídica, el obispo Gerard Villalonga explicó que «la cruz se comprende mejor por sus efectos que por las causas».

Aludió a un efecto que podemos captar de manera particular en la muerte de Jesús: «La cruz de Cristo ha cambiado el sentido del dolor y del sufrimiento humano; de todo padecimiento, físico y moral. Porque ya no es un castigo o una maldición. El dolor y el sufrimiento han sido redimidos de raíz desde que el Hijo de Dios los asume sobre sí mismo».

El obispo de Menorca, en Ciutadella | Antoni Barber

Añadió el titular de la sede de Severo que «no es solo el dolor de quien tiene fe, sino todo el dolor humano», y pidió «descubrir también los efectos positivos, que solo una observación atenta nos ayuda a captar. Así actúa Dios con nosotros: transtorna nuestros proyectos y nuestra tranquilidad para salvarnos de un abismo que no somos capaces de ver».

El ‘Davallament’ en Maó

Este año la procesión del Viernes Santo en Menorca ha aportado dos novedades relevantes. En Maó las tres cofradías vinculadas a la iglesia parroquial de Santa María de Maó -Santo Sepulcro, la Soledad y Centuriones de San Cornelio- han recuperado el ‘Davallament de la Creu’ con la iniciativa de los hermanos mayores de estas tres hermandades cofradías: Antoni Periano, Antoni Martín y Llorenç Cardona; junto con las aportaciones de los fieles.

Tuvo lugar antes de la procesión del Santo Entierro con un acto paralitúrgico que consistió en el canto del Stabat Mater, motete, salmos, música de órgano y un artístico juego de luces.

El 'Davallament', una de las novedades de este año | Gemma Andreu

Cofradía de María Magdalena

En Ciutadella destaca la participación, por primera vez, de la nueva cofradía de María Magdalena, creada en la parroquia de Sant Esteve por un grupo de jóvenes con inquietudes católicas, encabezado por Sergi Romacho.

      En este momento han sido reconocidos como asociación parroquial, paso previo a su declaración e inscripción como cofradía por la Diócesis. El paso con el que acudieron ayer a la procesión del Santo Entierro está dedicado a María Magdalena, con una imagen procedente de la iglesia parroquial de Sant Francesc de Ciutadella, que ha sido restaurada.

Esta nueva hermandad, la primera que se ha creado en Ciutadella en los últimos 70 años, está formada actualmente por 44 cofrades y cuenta como consiliario con el diácono Sebastià Bosch.

Cofradías y hermandades

En Maó, tras el ‘Davallament de la Creu’, participaron las cofradías de La Sang -la más antigua, creada el 1722-, los Centuriones de San Cornelio, La Soledad, el Santo Sepulcro, el Via Crucis, la Piedad y San Juan Evangelista, San Pedro Apóstol, y la Hermandad de Nazarenos de la Sentencia y San Juan Evangelista. La Banda de Música de Maó acompañó el recorrido procesional.

En Ciutadella, con la Catedral como punto de salida y llegada de la procesión, participaron las cofradías Hosanna, de la parroquia de Sant Rafel; La Bona Mort, de la Unión de Antiguos Alumnos Salesianos; las hermandades del Nazareno y los penitentes de la parroquia de Sant Francesc; la cofradía del Sant Crist dels Paraires, con la venerada imagen por el sudor prodigioso registrado hace 300 años; La Piedad, adscrita a la Catedral; el Sepulcro, con los justs y los pelegrins, que eran los portadores de la imagen de Jesús tras haber sido crucificado.

La Banda de Música de Ciutadella, bajo la dirección de Joan Mesquida, interpretó las piezas propias de este recorrido procesional en el que también actuaron la coral de la Capella Davídica, dirigida por Katia Moll, y los Pueri Cantores. La liturgia de la Semana Santa proseguirá hoy con la Vigilia Pascual.