La autora del estudio, Marta Villier. 

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A Marta Villier Sansinanea siempre le ha encantado la música. Sin embargo, desde pequeña, había algo en las canciones populares menorquinas que le chirriaba, pero no identificaba qué era... Recientemente, estudiando el Grado de Educación Primaria con especialización musical en la Universitat de les Illes Balears, analizaron la canción «Enimorat i al·lota» y entonces lo entendió.

Esta canción, que explica cómo una joven se va transformando y el enamorado hace lo mismo para «cazarla» y estar cerca de ella, le pareció «como una persecución, incluso con un punto de acoso por parte del hombre». Así que decidió dedicar el trabajo de fin de grado a analizar la situación de la mujer en el cancionero popular infantil de Menorca.

«He querido analizarlo de forma objetiva para que el mismo alumnado pueda utilizar estas canciones, que son la base de nuestra cultura, en positivo. Es decir, analizando las letras y viendo ellos mismos qué quieren cambiar», explica la docente.

Villier pretendía ver si la mujer está representada de forma equitativa respecto al hombre, tal y como exigen la nueva ley de educación y los Objetivos de Desarrollo Sostenible sobre igualdad de género. Para ello, contactó con todos los centros de Educación Primaria de Menorca y 10 de ellos participaron en el estudio. Les hizo un cuestionario sobre qué canciones populares utilizan en clase y si alguna vez habían cambiado la letra, sin especificar que se trataba de un estudio sobre género, para no condicionar.

Análisis de 21 canciones populares

Con las respuestas, elaboró una lista de 21 canciones populares menorquinas para analizar: «Els esclops d’en Pau», «Cançó de les bananes», «Camí de cavalls», «A comprar peix», «Dins la fosca», «Cap a romandre», «Anem a Xauxa», «Pastoret d’on vens», «Enimorat i al·lota», «Davallada de la Mola», «El 25 de desembre», «El llangardaix d’Alaior», «Jo som es pastor més gros», «Na Dolores», «Sant Antoni i el Dimoni», «Jo som pescador de rai», «Una dona llarga i prima», «Un senyor damunt un ruc», «Es Mahón», «Ja som feliç» y «Me’n vaig a sa fonteta».

Los resultados fueron como imaginaba: pocas mujeres en las canciones populares y casi siempre con un rol pasivo. «En las letras analizadas, la presencia y papel de la mujer es definitivamente inferior a la del hombre. Ellas aparecen casi la mitad de veces y, cuando lo hacen, los papeles que desarrollan son mayoritariamente secundarios. El porcentaje de mujeres que realizan acciones de prestigio social en el cancionero es muy bajo», afirma en el estudio.

Los pocos personajes femeninos destacados están cargados de estereotipos que limitan la mujer a tareas domésticas, dependencia económica y sumisión al hombre. Aparecen también estereotipos en la figura del hombre, que se relaciona con el trabajo y el sustento económico, y también con la agresividad. Para denominarlas, mayoritariamente se hace con motes genéricos de poca relevancia y, aparte de rasgos físicos relacionados con la belleza, apenas se especifica información sobre ellas.

«Para poder educar en igualdad, la representación de géneros debe estar equilibrada, tanto en cantidad como en calidad. Se ha corroborado que esto no se puede conseguir con el cancionero popular utilizado en las escuelas de Menorca, así que se necesitan estrategias coeducativas», apunta Villier. En este sentido, el trabajo incluye una propuesta didáctica para analizar las canciones con una perspectiva de género. «El cancionero popular es una muestra irrefutable de dónde proviene nuestra cultura, y por eso no se puede ni debe olvidar. Lo que hay que tener en cuenta es el tratamiento didáctico que se haga con él y concienciar a docentes y alumnado de cómo, de forma sutil, estas canciones potencian la desigualdad», añade.

El mensaje entre líneas que transmiten estas canciones es que el papel de las mujeres es menos importante que el de los hombres, algo habitual en el folclore porque tradicionalmente la mujer era considerada «inferior». La docente concluye: «Es la infancia la que debe ser consciente de lo que es necesario cambiar en la sociedad. Los docentes son los responsables de proporcionar herramientas para despertar una mirada analítica y extraer sus propias conclusiones».

El apunte

La cultura se transmite cantando

El cancionero popular forma parte del patrimonio histórico y refleja las bases de la cultura. A lo largo de la historia se ha utilizado como recurso educativo porque las canciones infantiles son una herramienta muy efectiva de aprendizaje. El estudio apunta que «utilizar las canciones populares teniendo en cuenta una perspectiva de género, ayudará a avanzar hacia una sociedad más inclusiva y equitativa». De hecho, algunas escuelas de la isla ya analizan de forma puntual con los alumnos los rasgos machistas que aparecen en las canciones.