Uno de los asnos recibe el cariño de las voluntarias. | Trebalúger Equine Rescue Centre

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«Entre asnos y caballos, cuido a 34 equinos. Casi todos ellos fueron abandonados en su momento», explica Sam Lake, la fundadora del Trebalúger Equine Rescue Centre en 2015.

La idea de crear esta asociación sin ánimo de lucro se dio en el momento en que Sam se encontró a varios caballos en «una mala situación» en «sitios no adecuados». «Estaba preocupada por ello y nadie hacía caso a mis quejas, así que decidí poner en marcha la asociación», indica la británica residente en la Isla. Al mismo tiempo, Sam deja entrever que no denuncia los abandonos de equinos al Seprona por temor a represalias por parte de sus teóricos propietarios. «Yo estoy aquí para los animales», se reafirma.

La fundadora de la asociación, Sam Lake, junto al caballo Abuela, uno de los animales más mayores del centro y que llegó en 2018. | Trebalúger Equine Rescue Centre

Con unos gastos que se acercan a los 3.500 euros mensuales entre medicación, cuidados veterinarios, seguro y otros papeleos, Sam mantiene a flote el ‘santuario’ gracias a los donativos de turistas, empresas y la ayuda de tres voluntarios permanentes, además de otros temporales que van pasando.

Para mantener en marcha el proyecto y apoyarlo, la asociación también ofrece, entre otras opciones, la posibilidad de apadrinar a uno de los animales residentes.

Un voluntario recoge y limpia el centro. | Trebalúger Equine Rescue Centre

Apoyo de la administración

El conseller de Medio Ambiente, Reserva de Biosfera y Cooperación, Simón Gornés, trasladó la petición de ayuda de Sam Lake en la última Junta de alcaldes celebrada el pasado jueves.

En palabras de la propia Sam, el Trebalúger Equine Rescue «no solo afecta al municipio de Es Castell», que es donde está establecido, sino «a toda la Isla», por lo que se requiere la implicación de «todos los organismos públicos». En respuesta a esta solicitud, el Consell le comunicó en la tarde del jueves a Sam que la ayuda económica al centro de rescate de equinos ascendía de los 3.000 a los 4.000 euros anuales.

Frente a esta situación, Sam explica que no puede acoger a más animales. Y no por un problema de espacio, ya que cuenta con un terreno de 42.000 metros cuadrados, sino por cuestiones económicas y falta de mano de obra.

Los animales disfrutan de un terreno de 42.000 metros cuadrados. | Trebalúger Equine Rescue Centre

«Existe una protectora para perros y gatos abandonados, pero no un sistema parecido para caballos y burros», explica a la vez que asevera que, por el momento, ella se encarga del cuidado de estos animales hasta que se produzca un cambio que considera «necesario» en el sistema.

Sin embargo, también está haciendo hueco en el centro de rescate equino a unos veinte gatos, varios patos y gallinas, y hasta a un perro enfermo al que encontró también abandonado. Todos bajo el cuidado de Sam.