El espectáculo «De fuego y amor» de música y danza, conducido por Jordi Odrí, fue un éxito. | Gemma Andreu

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La gala de Sine Dolore en el Teatre Principal volvió a ser un gran acierto este sábado por la tarde. El espectáculo «De fuego y amor» de música y danza, conducido por Jordi Odrí, en un teatro al completo, fue un éxito, sobre todo por la calidad de los intérpretes.

Un programa distinto, muy adecuado en el marco de una nueva edición del congreso internacional. Las conferencias sobre temas médicos en todos los municipios, la escuela para pacientes y familiares y la feria de salud y bienestar en el claustro de Sant Diego, merecían un colofón de alto nivel como fue la gala musical de ayer.

Música española

El espectáculo empezó con fuerza, con la «Danza ritual del fuego» de «El amor brujo» de Falla y un vídeo que reforzaba las notas del maestro. El repertorio clásico español combinaba esa pasión con la calidez y la suavidad de la romanza de Becarisse.

El arpa construida por Alexander Hopkins, en las manos de Elena Armenteros, fue uno de los atractivos de la gala. Hopkins tocó la guitarra barroca, junto a la de Toni Perelló y el piano de Esperança Rotger. La soprano Maria Camps, en un nuevo reto, puso una voz brillante a piezas de Falla, Granados, Rodrigo y Turina. Después de este repertorio de clásica española, el espectáculo musical concluyó con «Entre dos aguas», de Paco de Lucía, con la fuerza del flamenco, acompañada con imágenes.

El obispo de Menorca, Gerard Villalonga, recogió el de la excelencia por el servicio religioso en los hospitales. El cirujano Miguel Ángel Castrillo recibió el premio Vicente Macián.  | Gemma Andreu

Premios

El presidente de Sine Dolore, Jordi Moya, subió al escenario para agradecer la respuesta del público y entregar los premios. El de excelencia fue para el servicio religioso en los hospitales y el premio Vicente Macián fue para Miguel Ángel Castrillo, de la unidad de cirugía de columna del 'Ramón y Cajal'.