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La popular frase del almirante italiano- genovés Andrea Doria me quedó grabada desde mi infancia… "Junio, julio, agosto y puerto de Mahón, los mejores puertos del Mediterráneo son".

A mi querido puerto de Mahón, a través de los años le han cambiado la "cara" con cirugía estética permanentemente y esto ha dado lugar a que no todas las operaciones faciales hayan sido satisfactorias. Suele pasar con las "caras" de las personas operadas, algunas mejoran su aspecto y otras todo lo contrario, se quedan como verdaderos pollastres, que mas valdría que no hubieran pasado por las manos del cirujano plástico.

Aspectos negativos de la 'cirugía portuaria': ubicación de la central eléctrica; treinta mil metros cuadrados de lámina de agua sacrificados en Sa Colàrsega; traslado a la Base Naval de Mahón de la descarga de combustible, etc. Al contrario podemos detallar aspectos positivos: un paseo marítimo muy confortable para los viandantes, con unos nuevos bancos mas cómodos, bonitas jardineras, palmeras relucientes; los nuevos amarres deportivos que permiten una visión mejorada del puerto –otra cosa son los precios de los mismos– y, como no, el mejorado aspecto en general de la Isla del Rey, con su iluminación nocturna.

Pendientes de "cirugía": los fantasmagóricos edificios Rocamar, Miramar y antiguo lavadero de Sa Colàrsega.

Recordamos con nostalgia – los que somos amantes portuarios- los bares de Ca na Groga, Can Mario, es Celler, etc. El primero, desaparecido para construir apartamentos, era punto de encuentro de industriales bisuteros, representantes, mahoneses muy conocidos, jugando sus partidas de dominó, truc, por supuesto fumando y saboreando nuestro 'gin'. En Can Mario, con un 'new look' más modernista, podías comprar desde una botella de butano hasta un buen cigarro habano, además de tomarte tu cerveza o "pallofa". El tercero, Es Celler, que desapareció para mejorar el entorno de S'Hort Nou, tenía una clientela muy diversa y con camareras muy especiales, o sea lo que antiguamente decíamos "dones que fumen".

En una de las zonas más comerciales, bajando Sa Costa de na Gilda o sea, de la Pescadería, siguen "al pie del cañón" el restaurante Can Nito (bar La Marina) con su vecino de toda la vida, el estanco del puerto.

La zona que más ha cambiado de aspecto ha sido la portuaria de S'Altra Banda, Es Cós Nou, desde GESA hasta la Estación Naval de Mahón. Las antiguas casetas de veraneo, en sa vorera de la mar, donde nos podíamos bañar, bucear per fer escopinyes, excursión de fin de semana per fer sa bereneta a s'Altra Banda", carreras de caballos por las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia. Toda la nostalgia se ha esfumado, ampliando la central eléctrica, silos para el cemento, muelles para la carga-descarga comercial. Solo dos sitios se conservan como antaño, a pesar de los años y del depredador ser humano, uno es la Estación Naval de Mahón, enclave y entorno precioso en el cual uno se siente privilegiado de poderlo visitar, respirando en sus edificios historias navales pasadas. El otro es un bar vecino suyo, que se ha quedado solo ante el peligro –como la película de Gary Cooper–, que aguanta como un jabato el paso de los años, se trata del bar Ca ets Andreus (antiguamente La Paloma), cuya clientela es propia de la zona y por supuesto algún sibarita que cruza todo el puerto para degustar los sabrosos bocadillos de cocina menorquina… Todo esto viene a cuento porque saliendo de visitar la Base Naval con mi amigo Juan, nos paramos en este peculiar bar, ya que a través de su ventana pudimos ver sentado a nuestro común amigo José Maria, cliente habitual de Ca ets Andreus, que se había dado un buen homenaje desayunando. Nos paramos, degustamos, conversación pertinente con los dueños y los tres les recomendamos que la vida les dé fuerzas y salud para conservar el local como está.

PD. Quiero aclarar que la mochila descansa un par de meses, dejando que los nuevos inquilinos políticos tomen sus decisiones pertinentes. Buen verano a todos… Volveré.

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barber-alles@terra.es