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Recostado en la pared que delimita el terreno de juego con la zona de vestuarios, Paco Segarra aguardó paciente la llegada de los jugadores -los pocos que quedan de su cuarto proyecto- para dejarse ver en el vestuario tres meses después. Allí dio la cara sin que nadie se la partiera aunque sí le recriminaron su larga ausencia, como la de otros directivos que tampoco han aparecido por allí, después que él admitiera el fracaso de sus gestiones y la ingenuidad por haber arrancado el proyecto que dejará con una deuda de 400.000 euros como poco.

Segarra llegó ayer a Menorca para cerrar la puerta porque no hay otra salida. El Municipal Mahonés se queda sin fútbol hasta no se sabe cuándo. Desafiante y medio enfadado con el mundo, el mandatario catalán se negó a realizar declaraciones, "no tengo nada que decir y además tampoco vosotros habéis ayudado nada porque hay muchas maneras de informar", comentó. Acompañado sólo por el directivo Miquel Olives, Segarra, en conversación informal con este diario, descartó la opción del grupo italiano dada su reputación algo dudosa "¿quién es esta gente?, les he enviado lo que querían pero tampoco pensaba dar el club a nadie así como así. Ya había tenido propuestas similares los otros años y las había rechazado".

Embutido en un 'tres cuartos' grueso, bufanda anudada al cuello, el presidente mostraba un talante altivo y se preguntaba ante este diario: "¿quién me ha ayudado?, nadie. Todos somos culpables aunque yo sea el primero", indicaba apelando a otros clubes que están en igual situación. ¿Por qué no decís que el Ayuntamiento tuvo que pagar el autobús al Gandia para que se desplazara al campo este pasado domingo porque no podía pagarlo?", dijo.

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Pese a la delicadeza de la situación que supone el abandono de la competición y la mancha irreparable en el historial del club, Segarra, que puso la continuidad del equipo en manos de los jugadores "porque yo no voy a retirar al equipo", tiró de su determinación verbal para descartar que éste sea el fin de la entidad, "en ningún caso", indicó, "competiremos en Regional si es necesario y además tenemos los juveniles y las categorías menores: El Sporting va a seguir". Pese a que el reglamento no permite al club que tenga derechos federativos para fichar jugadores en su primer equipo, Segarra está convencido que podrá hacerlo. También creía el presidente que la Federación iba a transigir este mes para cubrir las bajas y no ha podido hacerlo debido a las denuncias ante la AFE.

El abandono de la competición, que a efectos federativos se producirá tras dos incomparecencias, frente al Orihuela y el Valencia Mestalla, los días 29 de enero y 5 de febrero, le supondrá al Sporting una cuantiosa sanción económica y el descenso a Regional para la próxima campaña si para entonces puede poner un equipo en competición. De mantenerse la deuda, quizás tenga que verse obligado a competir con otro nombre. "Sí que nos dejarán", cree el presidente.

Tras la reunión, Segarra departió en la caseta arbitral con un miembro del cuerpo técnico, para negar más tarde otra entrevista a la televisión autonómica y salir del campo sin más. Dos horas después le tocó sentarse ante los directivos, ¿qué les voy a decir?, pues que se vayan los que quieran irse, yo no pienso marcharme".