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Ultimamente he visitado más de lo habitual la ciudad del poniente insular, Ciutadella, con motivo de la exposición del Museo de Modelismo Naval Julio Castelo Matrán, una magnífica muestra de maquetas de barcos en la sala Es Roser.

El centro de la ciudad, o sea, el casco antiguo es una preciosidad para deleite del visitante, con sus calles cerradas al tráfico rodado, con los palacios señoriales, la Catedral, Ses Voltes, etc. En la calle Es Roser está la casa donde nació el famoso ciutadallenc Marino Benejam Ferrer, autor de los múltiples dibujos en la revista de historietas TBO; los de mi edad y más jóvenes incluso recordaréis personajes como Melitón Pérez, el Profesor Franz de Copenhague y la Familia Ulises, con Don Ulises, Doña Sinforosa, la abuela Filomena, Lolín, Policarpito, Merceditas y Treski el perro. El guionista de esta familia era el editor y propietario del TBO, Joaquín Buigas.

En la fachada del inmueble hay una inscripción sobre piedra, recordando que el famoso dibujante Marino Benejam nació en esta casa. Lo verdaderamente penoso es el mal estado de la misma, por la falta de pintura, inscripciones sin ton ni son, al estilo que antaño podíamos ver en los retretes públicos.

Su nieto Lluís Caballé i Benejam, describe así las vivencias con su inolvidable abuelo:

«Marino Benejam era un hombre honesto, trabajador, paciente, que dedicó su esfuerzo a dar vida a los personajes que había creado y a entretener varias generaciones de lectores. Le tocó vivir momentos difíciles, hubo de soportar las dificultades económicas de la postguerra y la presión de la censura en su trabajo.

Había nacido en Ciutadella de Menorca el 25 de enero de 1890. Aunque su familia se trasladó a Barcelona cuando él cumplía los 7 años, siempre se sintió menorquín y no perdía una oportunidad para explicar sus orígenes, recordando, a veces, expresiones menorquinas. Siempre se interesó por las informaciones procedentes de les Illes. Recuerdo que incluso recibía un semanario de información local de Ciutadella, 'L'Iris', que el leía con atención.»

Recomiendo a los de Dalt La Sala una actuación urgente para adecentar estos pocos metros cuadrados de fachada, aunque solo sea en memoria de tan insigne ciutadellenc. Me consta que en las arcas municipales hay más telarañas que euros, pero vaduatell cent llamps, no creo que esto sea tan costoso para no actuar de oficio, estoy seguro que algún voluntario lo haría gratis total y de paso si sobra pintura, le podrían encargar que se pasara por la calle del Portal d´Artrutx, para dar unas pinceladas a otra fachada en mal estado, si vivim coses veurem.

Para saber cuál de las dos está peor, tendríamos que hacer una foto-finish como en las carreras de competición, para adjudicar el oro y la plata.