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Antoni Palliser concluye esta semana su mandato al frente del CE Mercadal, al que deja en el nivel de popularidad más elevado de toda su historia tras una temporada para el recuerdo en la que ha bordeado la disputa de una promoción de ascenso a Segunda División B. Ha sabido Palliser, junto a sus directivos y el grupo de afines generosos que sufragan gran parte del presupuesto, componer la mejor plantilla posible en el fútbol insular a la que el entrenador, Lluís Vidal, ha guiado con maestría hacia la clasificación más elevada de sus más de nueve décadas de existencia.

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Desalojados de Tercera los clubes históricos de la Isla, el Mercadal acapara el protagonismo a partir de sus buenos resultados de esta campaña y, quizás, el reto de iluminar el fútbol insular con propuestas ambiciosas que ahora tendrán un líder 'echao palante' como aparenta ser el nuevo mandatario, Pablo Prieto.

Lo decía el propio Palliser esta pasada semana en la Cope, «tenemos una oportunidad, quizás, para hacer algo grande en Menorca con los jugadores que hay aquí y los que están fuera para pensar en una categoría superior». Es una propuesta romántica porque aquí cada uno va a la suya, como siempre, pero con un cierto fundamento. Apuntalar la plantilla actual y captar a alguno de los futbolistas de nivel que tenemos fuera de la isla permitiría armar un equipo que pelee por el ascenso como un objetivo real. Puede interpretarse como un desafío utópico pero planteárselo, al menos, ya es un reto que ilusiona para el futuro más inmediato.