Hace pocos días he recibido varias peticiones de ciudadanos mahoneses para realizar una excursión "mochilera" al Carrer Sant Manuel ya que tenían problemas con deposiciones sólidas y líquidas de perros –en lenguaje coloquial, cacas y meadas- y varios vecinos habían instalado botellas gigantes de plástico llenas de agua para ahuyentar a estos simpáticos cuadrúpedos a lugares más lejanos. Recordé entonces el artículo-denuncia que publiqué en a petición de varios vecinos de Sa Rovellada de Baix, ya que sufrían el mismo problema de meadas colectivas, instalando botellas de plástico llenas de agua. Según me han comentado su problema se ha solucionado, al parecer, con más vigilancia por parte de la autoridad competente.
Carrer de Sant Manuel o la historia se repite
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