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Desde hace años, las ciudades en general se han adaptado para que las personas con dificultad de movilidad no tengan problemas para desplazarse por su cuenta, por nuestras aceras, plazas y comercios en general; una estratégica legal que han agradecido los ciegos, los que usan una silla de ruedas, bien sea manual como motorizada, etcétera.

Cuando regresaba de la excursión mochilera del Passeig Marítim, coincidí con un conocido, persona jubilada, cuyas aficiones son pasear por nuestro Mahón y conversar con los conocidos, se trata de un parlanchín empedernido, por supuesto con sentido del humor. Le comento el motivo de mi paseo y ni corto ni perezoso, me invita a que vayamos hasta la recién remodelada plaza de Sant Roc, ya que una persona como el llosca, o sea, con muchas dificultades de visión, tiene problemas cuando la cruza andando y no digamos los ciegos, que hace poco uno de ellos sufrió una caída, menos mal sin consecuencias graves.

La plaza de Sant Roc, ha quedado preciosa después de haber sufrido una cirugía estética integral, pero vatuadell cent llamps, hay varios desniveles que no han tenido en cuenta lo peligroso que resulta pasear a pié sin ninguna franja pintada para avisar del cambio de nivel, esto para los que tenemos una visión normal, pero para los lloscos y ciegos, se tendría que instalar una barandilla de acero como protección, del mismo tipo que hay para el aparca bicis.

Recomendación a los de Dalt la Sala, ya que vale más prevenir que curar, instalen las barandillas pertinentes y el colectivo de personas con dificultades de visión lo agradecerán.

De regreso a casa, pasando por la calle Alfons III, a la cual le están sacando las tripas para instalar unas tuberías para la fibra óptica, cuyas zanjas continúan por la plaza de la Conquista, pude comprobar que la empresa constructora había tenido mucho cuidado retirando los antiguos adoquines, para una vez instaladas las tuberías, volverlos a colocar escrupulosamente de donde los habían quitado, por cierto, han quedado mejor de lo que estaban antes de abrir en canal dicha calle.

Ni corto ni perezoso, llamé al empresario en cuestión para felicitarle por lo bien que quedaban las obras y por la actitud de sus operarios, con los vecinos de esta zona del casco antiguo de Mô. Le comenté, que en el mismo frente de las escaleras principales de las Casas Consistoriales, habían reparado hacía varios años, un pequeño trozo del antiguo pavimento, con unos ladrillos rojos, o sea, un pegote del carajo y ya que estáis en plena faena, me puse el traje de pedigüeño y le dije: podrías arreglarlo por vuestra cuenta y el pueblo te lo agradecerá. Al cabo de dos días recibo un uasap que me informa de que el pegote ya ha desaparecido. Al Cesar lo que es del Cesar…muchas gracias amigo Pedro, eres un crak.