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Los vecinos del casco antiguo de nuestra ciudad, hace unos años sufrieron durante un largo tiempo, las molestias ocasionadas por la apertura de un bar en la plaza de la Conquista; se había convertido en un punto de encuentro de la gente más variopinta que no podemos imaginar; a consecuencia de la ley antitabaco, la mayoría salían a fumar a dicha plaza, por cierto no tan solo Marlboro, Chesterfield o Ducados, sino este tipo de porros que lo notas cuando pasas cerca del que está fumando, aunque tú no hayas fumado nunca; en pleno verano alguno sin camiseta, o sea presumiendo de torso desnudo; perros sueltos; sillas fuera del bar sin tener permiso de apertura de terraza; a consecuencia de todo ello la policía local o nacional, tenían que intervenir de vez en cuando, en pocas palabras, no había ni rey ni roc, en la plaza del Rey.

El otro día cruzando la plaza, un vecino del entorno me llama: «mochilero, supongo que estás encantado con el ambiente que tenemos en la actualidad en nuestra plaza, ya era hora que desembarcaran personas educadas, que respetan las normativas de la buena convivencia entre vecinos; recuerdas los dolores de cabeza que tuvimos a consecuencia de la tropa que hemos tenido que aguantar en tiempos pasados». Intento localizar a la persona que me está hablando y res de res, no lo consigo, pienso que tengo alucinaciones, que me he vuelto mayor, pues no: «soy yo el que te habla, mírame, estoy encima del pedestal», vatuadell cent llamps, el que me hablaba era el mismísimo Rey Alfons III, de Aragón, que en el año 1287 conquisto Menorca, cuya estatua esta en esta plaza, para recordar la gesta del Monarca.

El escenario recientemente ha cambiado gracias a los que han gobernado y gobiernan Dalt la Sala, aquel cafetucho ha desaparecido y se han instalado varios restaurantes en esta zona, con sus pertinentes permisos para instalar terrazas, en el centro de la plaza del Rei Alfons III. El vecindario está encantado, por el cumplimiento del horario nocturno, sin follones de ruidos, que puedan impedir el descanso de los vecinos, todo ello gracias a las personas que regentan dichos locales dedicados a la hostelería. Se ha conseguido pasar de oscuro, a blanco, dejando el castaño.

Pero ya que estamos en plena faena mochilera, aviso de parte de varias vecinas, a los de Dalt la Sala, de los dos bancos que había en la plaza, se reparó uno y el otro sigue como la película de Chuk Norris, "desaparecido en combate", que ya son muchos meses para repararlo. Recomiendo sea atendida la petición de estas contribuyentes vecinas. Un traslado nocturno, sin alevosía, de uno de los múltiples bancos de la vecina plaza de la Constitución, a la del Rey Alfonso III, nadie lo notará.

Para terminar seguimos con bancos, no financieros; un recordatorio de los usuarios de los des carrer de Ses Moreras, que vienen reclamando un giro de 90 grados, ya que prefieren que todos miren hacia el centro de la calzada que es peatonal y no de cara a la pared, por cierto, que les recuerda en sus años escolares, cuando te portabas mal en clase te castigaba el maestro, de cara a la pared.