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Siempre hemos apostado desde esta atalaya que es 'El Clan…' el posicionarnos con aquellos que se emplean en el periodismo de entretenimiento, tarea complicada si observamos las plumas que en este muro de blogs desarrollan opiniones basadas en años de experiencias y estudios certificados.

Nosotros, 'El Clan…', hemos conseguido cursar estudios en la Universidad de la calle, con una carrera que no tiene horarios ni días de evaluaciones. Este imaginario pero real centro docente no tiene envidia al otro ya que lo único que les difiere es que, obvio, por diferentes motivos –económicos, intelectuales, familiares, personales…- cada uno de los mortales ha tenido que mover ficha según su particular historia de vida singular.

Sin embargo, estos universitarios oficiosos, orgullosos de serlo, en la práctica totalidad de los casos, contrarios a nuestra experiencia ponemos todo el empeño para que nuestros hijos no repitan el ¿error? que nos marcó la vida.

Recordamos con nostalgia aquellos días de septiembre que como alguien dijo 'no hace ni frío ni calor, sino todo lo contrario', nos dirigíamos al centro docente, había cosas que hoy en día vienen a la memoria que, reconócelo, se te rizan los cabellos y escapa un suspiro delator. Entonces surge la pregunta del millón de dólares, o si lo prefieres en €uros… ¿Por qué diablos no continué mis estudios?

Ese pensamiento que se transforma en un sueño despierto con licencia para fabular, te hubiera podido convertir en maestro, administrativo, delineante, arquitecto, abogado, doctor, empresario, taxista, inspector de policía, militar…

Es cierto que la vida, su vida, nada hubiera tenido que ver con la que realmente ha protagonizado. Sin embargo, entendemos que hasta aquí hemos llegado porque ¿Dios, el Universo, una fuerza espiritual e indeterminada, pertenecemos al sueño de Adán…? ha querido y además entendemos tiene un plan escrito y compulsado para cada uno de nosotros, individual.

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Sí, es cierto que hubiera podido ejercer la docencia, pero ¿habría sido un buen comunicador para con sus alumnos? O quizás cursar arquitectura, elaborar un proyecto de pisos que por errores en cálculos delicados se viniera abajo dejando un rastro luctuoso importante. Quizás pensó en ser un médico cirujano pero que en un año ha protagonizado varias ocasiones aquel dicho menorquín que dice que 'l'operació ha anat bé, però madona ha mort', sembrando sobre usted una más que duda razonable como profesional de la medicina, o tener un accidente, al segundo día de comenzar, por circular demasiado rápido siendo –haber sido- un profesional del volante…

Usted, amig@ lector@, tiene todo el derecho del mundo a pensar que su mundo hubiera podido ser diferente, pleno de éxito y reconocimiento pero -¿permiso Sr. Ernesto Sáenz de Buruaga?- , ''¡así son las cosas y así se las hemos contado!''

Es tan lícito pensar que su vida hubiera sido diferente -digamos mejor- de haber alcanzando ese sueño que le acompañó durante muchas noches como hilo conductor a conciliar el sueño, como, por otra parte, agradecer a la vida todo lo que ha puesto a tu servicio.

Y para terminar, si usted pertenece a este grupo de soñadores frustrados, miren a su derecha y observen al grupo de personas que se lamentan de sus desdichas, ahora haga lo mismo pero a su banda izquierda prestando atención a personas acuciadas por problemas parecidos al otro grupo…

Conclusión y moraleja: "Virgencita virgencita, por favor, que me quede como estoy"

Amén