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Hace al menos 5 años que en «Es Diari» (17 septiembre 2018: 15)    iniciamos el tema de los efectos    del consumo de marihuana en los adolescentes y su relación con la esquizofrenia. Un asunto que da la sensación por el tiempo transcurrido que debería estar resuelto, o al menos en vías de solución, pero al parecer no es así y periódicamente se publican estudios al respecto.

Entonces vimos como Mustonen A et al en Br J Psychiatry (2018) en un estudio ad hoc relacionaba en 6.534 adolescentes de Finlandia el consumo de cannabis (marihuana) con el incremento    del riesgo de presentar trastornos psicóticos (esquizofrenia...).

También comentamos como en un estudio de Di Forti M et al en Lancet Psychiatry un año después (2019) en 901 adolescentes con un primer episodio de psicosis frente a 1.237 pacientes controles sin esta patología, se demostraba como existía un incremento de hasta 3,2 veces del hecho de padecer una alteración psicótica si se consumía diariamente cannabis, llegando el riesgo a aumentar hasta 5 veces cuando el consumo se hacía con cannabis de gran concentración.   
Entonces comentamos, y recordamos ahora, que la sustancia activa de la marihuana, el tetrahidrocannabinol (THC), es capaz de actuar sobre el cerebro en desarrollo de los jóvenes produciendo disfunciones en el aprendizaje, del control de los impulsos, de ciertos hábitos, de la memoria, y de hacerlos éstos más receptivos a la adicción de otras sustancias psicoactivas (drogas) y más vulnerables a presentar trastornos psicológicos, desde la ansiedad, la depresión, o como lo comentamos hoy, la esquizofrenia.

La relajación de las leyes que regulaban el consumo de estas sustancias en el mundo occidental ha hecho que su consumo haya aumentado de tal modo que en el 2019 la Organización Mundial para la Salud (OMS) contabilizara a 200 millones de personas las consumen estas sustancias en el mundo (World Health Organization's 2021 World Drug Report). A su vez el consumo del THC se incrementó también, de menos del 10% en el 2009 al 14% en Estados Unidos (EEUU), e incluso en niveles más altos a nuestro lado del Atlántico, del 13% en el 2006 al 30% en el 2016 en Dinamarca... Este hecho ha producido que aquellos problemas relacionados con su consumo se hayan disparado entre los adolescentes de entre 18-25 años en EEUU y que con ello aumentaran o empeoraran los casos de esquizofrenia a estas edades al tiempo que se incrementaban dentro su consumo las concentraciones de THC, aunque de manera distinta según el sexo. Destacándose que un inicio más temprano e intenso del consumo de cannabis se asocia con un comienzo más temprano de las psicosis.

Hoy, abundando en ello, traemos aquí un estudio poblacional de Carsten Hjorthøj et al publicado este mes en Cambridge University Press sobre una cohorte de 6.907.859 personas de entre 16-49 años durante los años 1972-2021    realizado a partir de los datos provenientes del Registro de Dinamarca en los que se documentó 45.327 casos de esquizofrenia incidente.

En dicho país se constató que las tasas de incidencia de esquizofrenia crecieron más anualmente entre los jóvenes mayores de 19 años entre los años 2000-2012, aunque siendo más frecuentes en los varones, con un pico importante, pues se llegó a doblar entre los 16-20 años de edad. Con esto sugerían que los varones o son más sensibles a los efectos de cannabis en su relación con la esquizofrenia o que consumen mayor cantidad de THC que las mujeres, que es lo que se cree.

Según los datos provenientes de dicha cohorte uno de cada cinco casos de esquizofrenia en muchachos entre 16-25 años podrían prevenirse evitando el consumo de cannabis. Algo que iría en relación los datos del estudio de Di Forti M et al, comentado al inicio de este escrito, por el que se sugirió de que si se evitara el consumo de cannabis de alta potencia se prevendrían el 12,2% de los primeros episodios de psicosis en general. Si bien es cierto que en lugares de alta prevalencia como Londres se prevendría hasta el 30,3%, que llegarían al 50,3% en ciudades como Amsterdam, comentaban. Es decir que en ciertos lugares el consumo de derivados del cannabis sería un importante factor predictor de trastornos psicóticos (Amsterdam, Londres o París).

Por lo que vamos viendo la relajación en las    normas de consumo de estas sustancias a estas edades se ha convertido en un importante problema de salud pública.