Fotografía difundida el martes por el PSIB-PSOE con el «missatge electoral de l’11 de juliol» con los candidatos mallorquines para los comicios del 23 de julio, diputados y dirigentes. También está Marc Pons.

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Comprendió Marc Pons    y empezó a ser consciente de la severa derrota sufrida el 28 de mayo cuando entraban los nuevos diputados a la sala de plenos del Parlament. Arrancaba la 11 legislatura y para quien ya lo ha sido todo en la política menorquina, y casi todo en la balear, aquella escena, que visibilizaba con nombres y apellidos, a vencedores y perdedores, era un doloroso déja vu.

En aquel preciso instante, a medida que los parlamentarios del PP, Vox y el de Formentera accedían a sus escaños, Marc Pons evocó la misma secuencia que ya vivió en junio de 2011. Los resultados del pasado 28-M se sublimaban en una contundente mayoría de derechas de 34 diputados ante los 25 que aportan las formaciones de izquierda.

Recordó entonces como, doce años antes,    habían entrado en el hemiciclo, alegres y bulliciosos, los 35 diputados del PP de aquel José Ramón Bauzá, varado hoy como en Bruselas como eurodiputado de un partido en extinción por autolisis, Ciudadanos. Un Bauzá tan torpe e inexperto que dilapidó la enorme mayoría cosechada en las autonómicas de 2011. Se repetía la historia de la alternancia política en Balears.

Y el semblante de preocupación del expresidente del Consell y exconseller de Francina Armengol se transformó en un rictus de enfado, tristeza    y enojo. Allí acababan los ochos años de Govern del Pacte, los tripartitos que habían gobernado del 2015 al 2019 y del 2019 al 2023 tanto en la Comunitat Autònoma como el Consell de Menorca.

Abatimiento en el PSOE

La melancolía y la saudade se habían instalado en los asientos de la izquierda, con un Damià Borràs desaparecido, una Joana Gomila caricontencida y una Pilar Carbonero que aún se pregunta qué han hecho mal para que los ciudadanos les hayan dado la espalda. En segundos, Marc Pons rememoró cuando dejó el Consell de Govern en febrero de 2021 para marchar a Madrid, al ser nombrado, con rango de subsecretario de Estado, jefe de gabinete de la ministra Teresa Ribera, vicepresidenta en el Gobierno de Pedro Sánchez. Y vio pasar el hijo del panadero su siguiente cargo en Madrid, que ejerció desde julio de 2022 con Ribera: Alto Comisionado para el Impulso de la Energía Sostenible en los Sistemas Insulares.

El domingo, en la sesión del 9 de Julio en Ciutadella | Katerina Pu

Carrera truncada

La carrera política de Marc Pons en la Villa y Corte se truncó en enero de este año, cuando Francina Armengol, conocedora de la irrevocable decisión adoptada meses atrás por el conseller Miquel Company de no seguir en la actividad política, dirigió su mirada al ingeniero técnico de Obras Públicas de Es Mercadal.

Armengol había degustado algunas de las finas ensaimadas políticas elaboradas por quien había sido el anfitrión en Menorca del entonces presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y su esposa, Sónsoles Espinosa, durante sus vacaciones menorquinas del 2014. Porque Marc Pons fue director insular de la Administración del Estado durante aquel enloquecido verano e intervino en la organización de la logística del inquilino de La Moncloa en la Isla, una gran prueba de fuego.

El Alto Comisionado remoloneó ante Armengol, cuando le propuso volver a encabezar la candidatura al Parlament por la circunscripción de Menorca en las elecciones del 28 de mayo, pero sabía que nada iba a conseguir.

La    farmacéutica inquera, que quien aspiraba a un tercer mandato en el Consolat de Mar, no tuvo inconveniente en llamar con insistencia a Teresa Ribera para que ‘devolviera’ a la política balear a quien estaba llamado a gestionar las energías sostenibles en Canarias y nuestro archipiélago.

Nada salió como esperaba Armengol, que, tras ser derrotada por Marga Prohens -hoy    la nueva inquilina del despacho que ocupaba en el Govern- ha renunciado a ejercer como jefa de la oposición en el Parlament durante esta legislatura y ahora opta a un escaño en el Congreso de los Diputados en la candidatura del PSIB-PSOE para el 23 de julio.

Marc Pons, sentado en los bancos de la oposición del Parlament, sabe que empieza otra travesía del desierto para la izquierda, pero en esta ocasión, Prohens, que sufrió y aprendió de los errores de José Ramón Bauzá, no los repetirá.

Y para ello desde el primer día ha marcado distancias con Vox, cuya consellera en el Consell de Menorca, Maite de Medrano, nueva en la política, mujer discreta y alejada de las estridencias, actuará con lealtad al presidente Vilafranca.

Ya regresan quienes se marcharon del PP, como Alejandro Sanz, que ejerció como asesor de J.R. Bauzá. El exdiputado menorquín ha sido nombrado jefe de gabinete del conseller de Economía, Antoni Costa.

Preguntas de la semana

  • ¿Conseguirá Dolfo Vilafranca compatibilizar la declaración de Menorca Talayótica con el puente de Rafal Rubí?                                                                     
  • ¿Realizarán los nuevos ayuntamientos las inspecciones previas que reclaman los arquitectos para evitar retrasos en las licencias de obras?                             
  • ¿Qué trayectoria política y profesional emprenderá    el exconseller y coordinador de Més Miquel Àngel Maria?         
  • ¿Por qué no había renovado el anterior Govern la flota de ambulancias del 061?                 
  • ¿Cuándo se cambiará la recogida selectiva de basuras en Ciutadella, que implantó el gobierno tripartito del Consell tras las elecciones del 28-M?