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Cuando el silbato ya está anunciando el final del partido, el poeta Salvador García Ramírez (Rus, Jaén, 1958) nos confiesa que no sabe qué hacer con los años sobrantes. La respuesta, sin embargo, está en la escritura. Su poemario Sobreviene el olvido es un pequeño manual de cómo disfrutar de lo vivido y lo que queda por vivir, de cómo hacer frente a lo que nos queda.

El libro ha ganado el XXV Premio de poesía Eladio Cabañero, convocado por el Ayuntamiento de Tomelloso, cuyo jurado estaba presidido por Luis Alberto de Cuenca. Este galardón no puede haber sido ninguna sorpresa para García Ramírez pues ya cargaba con otros nueve a sus espaldas, además de quince libros publicados.

El autor fue profesor de física y director del Instituto Santísima Trinidad de Baeza, donde, entre otras actividades, se ocupó de enriquecer el aula-museo en la que Antonio Machado impartió clases de francés entre 1912 y 1919. No es extraño pues que algunos de los poemas de Sobreviene el olvido tenga ecos machadianos.

El poeta jienense se interroga en sus versos, muchos de ellos clásicamente endecasílabos, sobre la fugacidad y la experiencia. Nos habla de sus viajes, de sus lecturas de Montaigne, sus perplejidades y del lugar en el mundo de quienes ya han superado con creces la mitad del camino de su vida. Las existencias largas de nuestro tiempo le crean el dilema sobre cuál es su verdadera época, ¿la de la infancia y la juventud?, ¿la del ahora que a veces parece tan extraño? ¿o la del esquivo futuro que no sabemos si nunca llegará?

O quizás sean todas ellas a la vez, pues como dice en su poema “Llamaradas”: “Así desorientado, sin tener un lugar donde volver/ ni credo ni ocasión de involucrarme, / mi vida se entretiene en los meandros/ admirando el saqueo de las hojas que mueren/ con la digna humildad de la belleza”.

Contra el olvido acechante, la lejanía de la fugacidad y la tierra de nadie, siempre nos quedará perdernos en la buena poesía.

Sobreviene el olvido

Salvador García Ramírez

Editorial Cuarto Centenario

84 páginas