En ocasiones hemos hablado de unas grasas buenas para la salud, los conocidos como ácidos grasos poliinsaturados (PUFA). Grasas que tienen acciones beneficiosas a nivel cardiovascular pero también a nivel neurológico, aunque, hablamos, en personas adultas y sobre todo mayores.
Como hemos comentado en otras ocasiones, los PUFA, básicamente son dos, los PUFA 03 (poliinsaturados omega-3) en los pescados, pero también en ciertos aceites, como el de soja, canola, linaza, y en semillas de lino, chia y en las nueces; y los PUFA 06 (omega-6) en los frutos secos, ciertas semillas y aceites vegetales, conteniendo el ácido linoleico y ácido araquidonico.
Sin embargo, los PUFA 03 que encontraremos en los pescados y mariscos son el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido eicosapentaenoico (EPA) y en los aceites vegetales, el ácido alpha linoleico (ALA).
Las nueces, que será de lo que hablaremos hoy, son de los alimentos con mayor contenido de PUFA 03 de origen vegetal, básicamente el ALA, un precursor de EPA y DHA de cadena más larga.
Los PUFA 03 influyen en la enfermedad cardiovascular, pero también a nivel neurológico pues los DHA estarían implicados en la formación de las membranas neuronales, de las sinapsis neuronales, y reduciría la inflamación y con ello menguarían los depósitos de sustancia amiloide en el cerebro con lo que protegerían contra demencia tipo Alzheimer, como ya lo comentamos en el metaanálisis de Zhang et (Am J Clin Nutr 2016)... o en la progresión de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa rara de la que ya hablamos con Kjetil Bjornevik et al (Neurology 2023) en relación con el consumo de ALA («Es Diari». 14-07-2023).
Y es que el ALA podría influir en la función y la plasticidad del cerebral no solo en adultos o con enfermedades neurológicas, si no probablemente en cerebros en formación, que es de lo que hablaremos hoy.
En concreto, unos alimentos como las las nueces contienen unos 9 gr de ALA por cada 100 gr, además de poseer polifenoles, antioxidantes... que ayudarían en la plasticidad neuronal de cerebros adolescentes. Algo que se había supuesto, pues algunos estudios hasta el momento habían encontrado asociaciones entre el consumo de nueces y la función cognitiva en niños, pero no existía ningún ensayo clínico aleatorizado que estudiara el efecto del consumo de nueces sobre la función neuropsicológica de los adolescentes.
Un reto que se propuso estudiar el equipo español de Ariadna Pinar-Martí et al (EClinicalMedicine. 2023) en 771 muchachos entre 11 a 16 años de edad de 12 centros educativos de Barcelona entre enero del 2016 y junio del 2017.
Estos adolescentes fueron aleatorizados en dos grupos según las instrucciones alimentarias recibidas, 386 en el grupo de intervención, que consumió 30 gramos/día de nueces crudas de California en su dieta diaria, y los 385 del grupo control con dieta habitual. Ambos grupos consumieron al menos una pieza fruta de temporada al día.
2 El cumplimiento del consumo de estos frutos secos se garantizó con al menos 100 o más días de consumo de nueces durante los 6 meses que duró el estudio. Tras este intervalo temporal a los adolescentes se les evaluó con pruebas neuropsicológicas y escalas de calificación conductual. Así se les evaluó la atención, la memoria de trabajo, la inteligencia fluida, la función ejecutiva... y test sobre el comportamiento como el del trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH), así como análisis de los PUFA 03 de ácidos (DHA, EPA y ALA) sanguíneos (glóbulos rojos), todos ellos al inicio y después de los 6 meses de la intervención.
En cuanto a los resultados secundarios, el ALA en los glóbulos rojos aumentó aunque no significativamente en el grupo de las nueces frente el grupo de control.
Concluyen que los adolescentes que consumieron las nueces durante al menos 100 días mejoraron en la atención sostenida y la inteligencia fluida, así como redujeron los síntomas del TDAH frente a los controles que no consumieron estas, aunque no hubo cambios significativos en otros parámetros, como la memoria de trabajo y la función ejecutiva.
Queda claro por tanto, que los PUFA 03 también tienen efectos sobre el desarrollo neuronal de los adolescentes, la arquitectura y por ende la función del sistema nervioso de los jóvenes.
Así recomendemos a nuestros hijos que coman nueces varias veces a la semana su cerebro nos lo agradecerá.
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