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Al tomar posesión como concejal del PSOE, en la oposición, en el Ayuntamiento de Es Migjorn, Pepe Mercadal Baquero se sinceró: «Esperábamos conseguir tres alcaldías, y sólo tenemos una. No entendemos nada». El 17 de junio pasado fue un día aciago para los socialistas menorquines.

La constitución de los ayuntamientos elegidos el 28 de mayo y la investidura de los ocho alcaldes y alcaldesas de la Isla puso al PSOE -también a Més y a Podemos- ante su propio espejo. Ya habían perdido la presidencia del Consell, donde, contra todo pronóstico, Adolfo Vilafranca se impuso a Susana Mora, desalojada de la presidencia de la institución insular.

El hoy diputado nacional comprendió aquel sábado de junio, catatónico y perplejo, que los resultados de los comicios municipales y autonómicos adquirían proporciones de castigo catastrófico para el PSOE.

En toda Menorca, no solo en Es Migjorn, donde la candidatura en la que participó el jovial Mercadal Baquero perdió un concejal, ganado por la alcaldesa Antonia Camps, ampliando así la mayoría obtenida el 2019.

Los socialistas menorquines confiaban en recibir la primera vara en Es Mercadal, Ciutadella y Maó, pero durante aquella jornada aciaga del 17 de junio para Susana Mora y su ejecutiva insular solo Héctor Pons logró el objetivo al ser reelegido.

Joan Palliser, alcalde

¿Qué ocurrió en Es Mercadal, donde L’Entesa descartó al PSOE y prefirió pactar el gobierno local con el PP para este mandato 2023-2027?

Fue investido el nacionalista Joan Palliser, y enmudeció el candidato del PSOE, Jesús Gomila, que esperaba dar continuidad a trece años de alcaldía socialista en este municipio. El acuerdo PP-Entesa truncó este largo periodo. Tan mudo y estupefacto quedó Gomila que se negó a intervenir cuando le dieron el uso de la palabra.

Ocho meses después, ¿se han planteado el PSOE y L’Entesa reanudar aquellas conversaciones fallidas para poner fin al gobierno municipal Entesa-PP y repartirse la alcaldía de Es Mercadal hasta mayo de 2027?

Adversarios y socios

      El PSOE y el PSM -hoy, Més, aunque en Ciutadella mantienen el nombre original- siempre han sido adversarios. Se disputan, desde distintos planteamientos, el espacio de la izquierda menorquina para ocupar la mayor superficie, volumen y altura posible.

En una segunda fase, tras disputadas negociaciones, siempre    a puerta cerrada y a cara de perro, se metamorfosean en socios, haciendo de la necesidad, virtud. El gran problema de los gobiernos que conforman consiste en su falta de cohesión -no he escrito deslealtad- al actuar cada concejalía o conselleria como compartimentos estancos, donde aplican, cada uno, su programa e ideología propia, socialista o nacionalista.

En caso contrario, concurrirían juntos a las elecciones, con lo que, de la mano de Víctor d’Hondt, obtendrían mejores resultados. Pero siguen con el «després de ses eleccions ja ens veurem, seurem i en rallarem».

Lista al Senado

    La fractura de la izquierda menorquina, que cristalizó en aquel sábado negro del 17 de junio para el PSOE, hundía sus raíces en antiguas rencillas.

Las discrepancias que afloraron durante la fallida negociación para el candidato unitario al Senado -con la filtración, desde el PSM, del nombre de Joana Barceló que no había sido consultada- repercutieron en los infructuosos pactos municipal de Ciutadella y Es Mercadal. Se había instalado una      desconfianza oceánica, acentuada por los duros reproches del PSOE al PSM-Ciutadella durante la campaña electoral.

Cargos de confianza

En Ciutadella no llegó a fraguar el pacto PSOE-PSM -la impresora averiada es el hilarante episodio de una película de Torrente- por las nuevas exigencias que iba añadiendo el PSOE a medida que se alcanzaban principios de acuerdo.

Sin haber aún firmado el documento de garantías, todo saltó por los aires cuando el PSOE exigió al PSM nombrar a otros dos cargos de confianza, de su confianza, naturalmente: un técnico en Urbanismo y un asesor jurídico. Esta pretensión socialista fue rechazada frontalmente por los nacionalistas, junto con otras nimias cuestiones relativas a sueldos y retribuciones que no fueron desveladas. Ya era demasiado tarde.

Partido de vuelta

Perdido el partido de ida, con la investidura de Juana Mari Pons Torres como alcaldesa al encabezar la candidatura más votada, ahora PSOE y PSM disputan el partido de vuelta en Ciutadella.

Ha sido necesario mover el banquillo, con las dimisiones de Carol Cerdà y Pedro Capó, que serán relevados por Ester Mascaró y Bernat Casasnovas. Sobre el papel, que todo lo aguanta, siete dedicaciones exclusivas a repartir entre PSOE y PSM. Desconocemos aún el perfil y los cargos de confianza que nombrará cada partido y cómo se distribuirá el ejercicio de la alcaldía entre Sandra Moll y Maria Jesús Bagur.

La número 1 del PSM, a quien le dolió que el PSOE le superase en número de votos, elude pronunciarse... porque prosiguen las ‘conversaciones’ a puerta cerrada para concretar todo lo que aún no está decidido.

Sandra Moll, secretaria general del PSOE-Ciutadella y alcaldesa in pectore, deja sin respuesta la pregunta nuclear: ¿Hay un motivo real para la moción de censura en Ciutadella?

El apunte
  • ¿Autorizará la Oficina de Conflictos de Intereses a Eduardo Robsy que pueda compatibilizar los cargos de asesor en La Moncloa y conseller del Consell insular?   
  • ¿Por qué no pidieron Robsy y el PSOE esta autorización antes de anunciar que simultaneará los dos cargos?
  • ¿Qué repercusiones tendrá el ‘caso mascarillas’ en la política balear y qué impacto tendrá en Menorca?                                                           
  • ¿Vino Koldo García a Menorca    con José Luis Ábalos?                                       
  • ¿Aprobará el PSOE la comisión de investigación sobre el ‘caso mascarillas’ que Més per Mallorca y Menorca y Podemos piden en el Parlament?