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Mi primera visita a la Isla del Rey fue como cualquier turista, aun no residía en Menorca, guiado por uno de los voluntarios de la Fundación, fui recorriendo las diferentes estancias, planta baja y primer piso, exterior, con muchas cosas que ver y comprender la asistencia médica que se proporcionaba en el lugar, a la vez que observar cómo está siendo reconstruido un recinto hospitalario, militar en su inicio, y civil en sus últimos años.

Mi impresión fue de asombro por los recursos empleados para su reconstrucción, y la capacidad de los voluntarios para traer al presente unas instalaciones tras las cuales se escondían recuerdos, experiencias médicas, pacientes y, en definitiva, las muestras de un hospital que refleja una historia ligada a la isla de Menorca. Mi interés, reforzado por voluntarios y animado por el «fuerza major», Luis Alejandre, fue determinante para iniciar un proyecto que a priori me pareció complejo, poco documentado y prácticamente nula información clínica de los pacientes que allí estuvieron.

Como especialista en Psiquiatría, procedente de una Escuela Profesional en el Hospital Clínic de Barcelona, acostumbrados a ser pioneros en muchos estudios, colaboraciones, etc., y contemplar la psiquiatría como una especialidad médica, con una connotación científica obligada, se me planteó una regresión al pasado y un reto, conocer qué tipo de Psiquiatría podía encontrar de Menorca en su época y en el Hospital de la Isla del Rey, debía contextualizar el proyecto, es decir ponerme en el »ambiente» histórico.

Por ello inicié el proyecto de la forma más amplia posible, llevándome a abordar un estudio o una historiografía social de la salud mental en la Menorca del siglo XVIII. Enrolado en las filas del voluntariado inicié la búsqueda con la biblioteca del propio hospital donde empecé a encontrar libros de médicos que estuvieron en el hospital, listas de los médicos directores del hospital, topografías médicas de ingleses, franceses y españoles, el libro de la historia del hospital, totalmente recomendable, etc., siempre ayudado por su eficaz bibliotecario.

En mi búsqueda de datos e información empecé, dentro del crisol internacional del voluntariado, a contactar con ingleses y orientarme acerca de lo que ellos conocían, archivos en hospitales miliares, archivos en Londres, y también orientado por voluntarios menorquines muy eruditos en la historia de su isla, que me aconsejaron hurgar en bibliotecas de Mahón y Ciudadela, Municipales, Militares y de los múltiples Museos y Centros con amplia información cultural de la Isla.

Comencé a catalogar y cotejar temas que podían ser de mi interés en la búsqueda de información de Menorca y las circunstancias históricas : Historia de Menorca, de la Medicina en Menorca, de la Historia del mismo hospital, interesarme por la Antropología, por su Sociología, por los primeros atisbos de Psiquiatría en Menorca, las Instituciones , la Sociedad y su estructura, la Agricultura, la Sanidad, y la presencia de los protestantes, ortodoxos, la brujería en Menorca, los corsarios, los griegos, los judíos, los rusos, la historia de España peninsular, la historia de la Psiquiatría y la peculiaridad menorquina frente a la de las islas baleares.

Grandes personajes me han surgido de la lectura disponible leída, y ya comencé a vislumbrar insuficiente centrar la búsqueda en el siglo XVIII, debía recabar historia del XVII y ver como se inició el XIX: así surgieron nombres como Oleo, Mateo Orfila, Hernández, Ramis, A. Cardona, y muchos más que he ido descubriendo por los historiadores. En Menorca tenemos (con permiso, ya me considero un menorquín adoptivo…), grandes historiadores, ha sido una isla muy estudiada por autores brillantes: M.A.Casasnovas, M.Mata, J.M.Quintana, Vidal, Terron, Sintes, Ramis, Salord, Mendez, M. Serra, Seguí, Ponce y otros, sin olvidar la magnífica Enciclopedia de Menorca y sin privarme de la lectura de recomendados autores extranjeros que vivieron en la isla: Armstrong, Passerat de la Chapelle, Lindemann, Foltz, Cleghorn, etc., por citar los más conocidos. Unos y otros, rebuscando en sus libros me está ayudando a entender mejor los diferentes puntos de vista histórico-social.

La historia, la sociología, se han convertido, para este proyecto, en una herramienta, un instrumento interpretativo que me permitirá comprender las raíces de la historia psicológica y psiquiátrica de la isla, pues el uso de las categorías y la nomenclatura de la psiquiatría actual no se pueden entender sin el contexto social y político por el cual Menorca atravesó en los tres siglos, y no pudiendo utilizar los diagnósticos actuales y los cuadros clínicos para describir los de épocas anteriores. Lo que sabemos hoy no nos sirve de referencia para analizar el pasado de la psiquiatría y la asistencia psiquiátrica.

En definitiva, la cultura de la sociedad menorquina de siglos pasados tiene mucho que ver con el proyecto a abordar. La dificultad de estudiar con ausencia de historiales clínicos, libros de registro, etc., es muy distinta de lo que relata la historia oficial de la psiquiatría de la historia «desde abajo», es decir, lo que realmente ocurría en la sociedad. Desde esta perspectiva, se desenvuelve el proyecto, es decir se debe conocer lo que realmente ocurría en el día a día del pueblo llano, como se vivía la muerte, el duelo, el trabajo, la religión, los estamentos sociales, la música, la pintura, las costumbres, los refranes, mitos y las tradiciones trasladadas de generación tras generación. Todo ello me podría llevar a vislumbrar la aparición de posibles trastornos psicológicos y psiquiátricos, y como fueron tratados. A estas alturas del proyecto, se me antoja «un ir descubriendo», poco a poco, un aspecto interesante de la historia de la isla de Menorca que posiblemente tendrá mucho de elucubrativo, especulativo, pero si ello sirve de ayuda a comprender mejor nuestra isla, será positivo. Y parafraseando a un gran personaje de la Isla más cercano a nuestro tiempo Don Fernando Rubió Tudurí, que dijo en su discurso de nombramiento como Doctor Honoris Causa por la Universidad de les Illes Balears: «a Menorca no es fa Ciencia, ja que no hi ha Universitat ni Centres de Investigacio, pero es pot fer ciencia de Menorca. A ca nostre no s’ha fet ciencia pero sobre Menorca sí que se n’ha feta», pero también concluye: «es convenient fer Ciencia a Menorca» y este será el modesto objetivo a seguir por mi parte.

Josep Rebordosa Serras

Voluntario