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Generación titi

Llegaron a ocupar el sillón, de manera poco ortodoxa. Se reúnen a puerta cerrada, para llevar a cabo políticas de hechos consumados. Acometen tareas que no se cumplen dentro del plazo fijado, otras, difíciles de cumplir. Adoptan decisiones de dudosa legalidad. "Ells comanden i punt". Siguen los dictados del mesías Rodríguez, asesorado por el cerebro Marugán. Consultor antaño de D. Felipe el Hermoso de Sevilla y parte de Punta Cana.
En la Isla de "mis tíos" Castro Ruz, la consigna es, Revolución. En ésta, competitividad. El verbo se hizo carne y habita entre nosotros. ¿Alguien lo ha visto? Brindan con lo que pasó a denominarse Cava, "amb somriure despenjat". Piensan que centralizando, las cosas funcionarán bien. Lo de menos es quién y cómo introducirá los datos. Cuentan con nuevas tecnologías que se encargarán de todo. Tecnologías no tan nuevas. Hace treinta años que se aplican. Uno observa la fotografía tomada por la prensa el día 20 en Aló donde aparecen siete sesudos señores de espalda a la cámara. Observan una parcela sin edificar en el sector. Uno de ellos que no tengo manera de recordar su nombre, dice: Es el único lugar en el que hay brotes verdes. "¿Que no és guapo, açò?".


Mister Borrás dice que el matrimonio discurre por el mismo camino, aunque con ideas diferentes. Es decir: comen del mismo plato, duermen juntos, aunque persiguen diferentes sueños. "Matrimoni de conveniència, idò". Por lo tanto, divorcio a la vista llegado el momento de repartir beneficios. Cuando meten la pata hasta la ingle, dicen que no supieron expresarse. Con el Sr. de Algaida, deberían acudir a un logopeda. Repite incansablemente Don Francesc competti por aquí, competiti por allí. Las nuevas tecnologías solucionarán sus propias incompetitividades. Mientras tanto, los ciudadanos sufrimos las consecuencias. Mientras tanto no lleguen las próximas elecciones, claro.

Bartolomé Ruz Sánchez
Ciutadella