No soy de las que prodigan elogios al buen "tuntún". Si uno cumple con su obligación, como es parte de su trabajo, no hace más que cumplir con su deber. Pero hay cosas que exceden a lo que consideramos un trabajo bien hecho.
El pasado día 7 del corriente, me ingresaron completamente inconsciente en la Policlínica Virgen de Gracia. La cosa pintaba bastante mal. Y capitaneados por la doctora Puc, pusieron manos a la obra a fin de rescatarme de lo que parecía inminente.
Y durante los cuatro días que permanecí ingresada, no encuentro palabras para decir lo bien que fui tratada. Un cuidado exquisito, desde los doctores, pasando por enfermeras, auxiliares de clínica, personal de limpieza, todos. Yo sólo puedo decir: Gracias. Gracias a ellos, a mi familia, a la que di un buen susto, a Juan Miguel, el sacerdote, que una vez recobrada la conciencia me administró los Santos Sacramentos. Pero en el cielo, no me quisieron aquel día.
También va mi agradecimiento al personal administrativo.
Podemos estar orgullosos de la Policlínica de Sa Mútua.
Un beso muy fuerte a todos y una petición: No cambiéis nunca.
Magdalena Quetglas Deonato
Maó
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