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Para el "conco
Ramon de sa calç"
Hace unos días nos ha dejado "es conco Ramon, en Ramon de sa calç".

En estos momentos estará, bien seguro, contando algún chiste o "acudit" en pleno epicentro del cielo.

Fue ante todo una buena persona, que es lo mejor que puede decirse de alguien, sin duda.

Y fue además un gran trabajador y una persona con iniciativa.

El fiel exponente del pequeño empresario de nuestro país, que con esfuerzo ímprobo, sorteando los cientos de obstáculos que el sistema crea, saca su proyecto adelante y empuja a sus hijos al "porvenir".

Un ejemplo de tesón Ramón.

Un ejemplo del que sentirse orgulloso.

En todos los eventos o reuniones familiares, la más tradicional en Navidad –una picada en la que los caracoles no faltaban casi nunca– siempre tenía sus atinadas muestras de humor.

Con mucha asiduidad se suele decir lo importante que es saberse reir, incluso de uno mismo.

Todo un maestro también en esto.

Mis padres, en todos mis viajes a Menorca, siempre me dicen te acordarás de ir a "ca sa padrina", circunstancia que cumplía casi siempre.

Sin embargo no lo hice en mi último viaje por la premura de tiempo –uno de los estigmas de nuestro tiempo– y me perdí la ocasión de verle por última vez.

Dada la imposibilidad de desplazarme al funeral, vaya desde aquí un sentido abrazo de condolencia para Joaneta –"sa padrina"–, na Tere, en Ramón, en Jaime y en Nando, y el resto de la familia.

Cierto es que dejas huérfano "Es Clot" de Sant Pere Nou, pero sabemos que estás donde descansa la gente de bien, en tu caso después de una vida plena al lado de na Joaneta y con el sabor del trabajo bien hecho.

Disculpa que no viniese a verte en esta ocasión, siquiera para regalarnos un postrero "guiño de ojos", gran dominador como eras también del lenguaje no verbal.

No llores por haber perdido el sol pues las lágrimas no te dejarán ver las estrellas.

Jaume Timoner Sintes
Sant Jordi (Palma)

Sostiene Pereira;
mantiene Alberdi
Sostiene Pereira –no el personaje de Antonio Tabucchi– sino el cándido delfín de don Méndez: "la irritación del colectivo trabajador de la Isla, ante una reforma laboral lesiva e injusta, es monumental".

Uno observa a los escasos 50 activistas concentrados ante la Casa Gran de Ciutadella el día de la "juerga". Gritan ¡Zapatero dimisión!. Pregunta a un agente: ¿está dentro el Zapatero? Sonríe con desgana el uniformado. Uno sigue observando, don Servando. Piensa en quien diseñó el monumental obelisco que conmemora el asalto turco. ¡Vaya desgracia que hicieron con él!. Mantiene fresca en sus retinas, la imagen ofrecida por este diario el día 28. En el centro, el señor Movilitat. A su diestra el Coco Carreras y a su "siniestra" don Pereira. Los tres con la vista perdida –como la batalla– en un horizonte imaginario.

El bravo líder mallorquín –don Lorenzo–, declara el día para olvidar: "existe una campaña de desprestigio contra los sindicatos". No aclara quiénes están detrás de la campaña.

¿Por qué? Porque la realidad es otra. Desde que los señores Nicolás Redondo y Marcelino Camacho se jubilaron, los sindicatos han ido cavando su propio descrédito; enchufados a la teta, mirando la luna.

Mantiene doña Rosamari Alberdi –organizadora PSOE: Sabemos lo que queremos, su slogan para las próximas elecciones es: Volem, Sabem, Podem. Queda molt manco idò.

Olvida doña Rosamari, que los ciudadanos también sabemos lo que queremos. Sabemos que no podemos estar continuamente confundiendo deseo con realidad. Confundir ambas cosas, ha sido una constante socialista. Llega un punto en que el ciudadano dice, basta.

Mantiene la Sra. Alberdi: "los ciudadanos atraviesan una crisis de desconfianza hacia la clase política". La realidad es otra. La clase política está totalmente desacreditada. Tal cual, la sindical. Claro que los políticos, disponen siempre de esta coartada: "la culpa de todo, es del anterior Gobierno". Los sindicatos no pueden decir jamás, que la campaña de descrédito está orquestada por los señores Nicolás y Marcelino.

Coda: si en lugar de tanto hablar caminaran, podrían llegar lejos.

Bartolomé Ruz Sánchez
Ciutadella