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Als voluntaris de Creu Roja

Carta dirigida a tots els voluntaris i exvoluntaris de laCreu Roja de Ciutadella i a tots els socis: m'he enterat a peu de carrer, és a dir una persona que també ha estat voluntari me va dir que el dissabte 30 d'octubre de 10 a 18 a la seu de la Creu Rotja (c/ Maó, cantonada amb c/ Ses Àmfores hi ha eleccions i que cada votant (sigui soci o voluntari) pot triar a 6 candidats.

La informació que aquest amic m'ha donat faig aquest escrit amb el desig de que tota persona interessada també en tengui coneixement.

JOSÉ PONS ARGUIMBAU

Ciutadella

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Coherencia y honradez

Nunca he sido mitómano. No me gustaba seguir a las personas sino a las ideas. Pero hoy públicamente quiero hacer una excepción.Se fue Marcelino Camacho. Tuve la suerte de coincidir personalmente con él en varias asambleas organizadas en el barrio de Carabanchel, cuando yo era un joven estudiante de primero de de Filosofía. Ya me despertaba admiración por su sensatez, sus fuertes principios y su lucha sin tregua por unos ideales en los que creía y que nunca abandonó.Al poco de venirme a vivir a Menorca, Marcelino vino de visita a nuestra isla a presentar su libro Confieso que he luchado (1990), y me hizo mucha ilusión ir a la presentación de su libro y saludarle para comentarle que le conocía de asambleas a las que acudíamos en el barrio y que me había gustado la sencillez y la franqueza de su libro.

No me han gustado nunca los homenajes, o las frases grandilocuentes cuando un personaje público se ha ido. Pero necesitaba compartir mi admiración por Marcelino Camacho.Porque en unos tiempos de barrigas agradecidas, de ausencia de ética, donde prima el acomodo personal y la sillita bien retribuida, él supo vivir en su piso de toda la vida de 60m cuadrados, con una pensión de menos de mil euros y con el calor de su mujer, su familia y sus amigos.

Anteponiendo siempre sus ideas, su coherencia y su honradez a los bienes materiales, la ostentación, o el ansia de poder.

Él fue el fundador de CCOO, y el sindicato cuenta ahora con más de un millón de afiliados.

Sin olvidar las críticas, muchas merecidas, las aristas y los fallos que el sidicato tiene actualmente, yo sigo afiliado y estoy orgulloso de ello.

Porque seguro, y yo me los encuentro a diario, que entre muchos de ese millón de personas, sigue habiendo gente que comparte los principios y los ideales de su fundador.

Frente a las sociedades narcotizadas, los políticos de doble moral, la corrupción generalizada, el pesimismo reinante y la gestión interesada yo apuesto y saludo al espíritu de Marcelino Camacho: "ni nos doblaron, ni nos van a domesticar". Hasta siempre compañero.

Coherencia y honradez.

JOSÉ CABEZAS MOYANO
Sant Lluís