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A una estrella...
mi niña

Hoy hace un año Patty que nos dejaste, aunque tú no querías irte, porque te encantaba vivir, aguantaste hasta que no pudiste más, qué lucha con esa terrible enfermedad, qué fuerza tan enorme y esas ganas de vivir increíbles, qué coraje hija, qué grande has sido y sigues siendo, qué orgullosa estoy de ti, cuánto nos has enseñado a todos, sin quejarte, siempre con esa sonrisa tan bonita y que hasta el final nos dedicaste, te quiero tanto hija, todos te queremos.Cariño mío, necesito tanto abrazarte, besarte, olerte, necesito tus bromas, tus imitaciones que tanto me hacían reír, tu risa tan contagiosa, oírte cantar tus canciones a todo volumen y que cantábamos juntas, en fin toda tu locura hija; espero oír esos dos silbidos que dabas antes de llamar a la puerta y abrirte y que no te vuelvas a ir más, porque éste es un viaje ya demasiado largo, ¿sabes? Hasta tu querido Bussi, cuando le digo tu nombre y es a todas horas, para que no te olvide levanta las orejitas y mira a la puerta, te espera también, como te esperamos todos. Patty, hija, me has dado solo "un poco" de tu fuerza y me ayudas a levantarme y a veces pienso, que si me hiciesen una foto, seguro que saldríamos las dos, porque te siento pegada a mí siempre, pero esto sigue siendo una pesadilla de la que no puedo despertar.

Cuantas horas juntas hija, a veces sin hablar porque no podías, pero cuántas cosas me has dicho con esos ojos tan expresivos... Te quiero. Decirte hija, que gracias, por el mejor regalo que me has hecho, tus 18 años, lo mejor de mi vida. Agradecer a todo el personal, y digo todos, del hospital Mateu Orfila, por su maravilloso trato en estos veinte meses de lucha, también gracias a mis dos pilares: la doctora Pilar Galán, siempre pendiente de ella, buscando lo mejor e intentando aliviar el sufrimiento suyo y nuestro con su dulzura y profesionalidad, gracias por tu humanidad; mi otro pilar, mi también querida Pilar Taltavull, hace tantos años que la conozco y siempre tan maravillosa, tan cercana y tan humana, gracias por tu ayuda, sabes que te aprecio mucho, igual para su enfermera Vicky, qué gran persona, qué buen equipo hacen.

También al doctor Juan Abellán, porque siempre que lo he necesitado lo he tenido, qué gran profesional, gracias de corazón; también recordar al doctor Carlos Silvestre Tejero, de la Mutua, por su comprensión y buen trato, gracias.

Gracias a todo el equipo, maravilloso por cierto, de Son Dureta, al doctor Antonio Gutiérrez, que no tengo palabras, qué gran profesional, qué humano y cercano a nosotros, con qué delicadeza nos ha tratado y lo que ha sufrido por nuestra hija, gracias de corazón.
En estos 20 meses de lucha tan dura, solo me encontré a dos "medicuchos", que alardean de quitar el dolor y lo único que hicieron fue lo contrario, añadir más dolor a nuestras vidas, en un momento así, su valentía fue mandar mi carta de despido, mediante un burofax... quizás no tenía suficiente motivo de coger la única baja que he cogido en mi vida, por mi hija tan enferma, ¿verdad? Cuánto tienen que aprender de los anteriormente citados... Gracias a todos sus profesores y compañeros de Primaria y Secundaria.

Y ahora ha llegado su turno, lo que ella tanto quería, sus Panoks, sus amigas del alma, la ilusión de salir del hospital y veros, cuánto os quería, cuántos planes hacía pensando en vosotras, gracias por mimarla, por esos bailes, esas reuniones, esas risas, cuánto añoraba las fiestas con "su samba" y la playa, y consciente de que no podía ir me decía: Mamá me han cortado las alas a mí, no a ellas...

Qué ejemplo has sido hija; yo que cada noche la escribo, le cuento vuestras cosas, trabajo, estudios, un poco de todo lo que sé que me vais contando, gracias, os quiero mucho y a todas vosotras os digo: mirad al cielo y la estrella que más brilla, es vuestra querida Patty, ella os iluminará siempre. Mi querido Álex, mi niño, gracias por apoyarla tanto y estar ahí hasta el final, que sabes que te quiero mucho. También gracias a todos los amigos, que le han dedicado cosas tan bonitas, que le han hecho vídeos preciosos y me han hecho llegar tantos mensajes de cariño, a toda la gente que se desplazó desde Barcelona y otros lugares, a los que se han tatuado su nombre, a toda la gente "de su querida isla" que nos han ayudado y que creyendo que hacían poco, porque no se podía hacer más, han hecho mucho. Gracias a todos de corazón.

Por último y no menos importante, a la familia nuestra de aquí y de Santander que tan mal lo siguen pasando y que tanto sufren. "Tía Ana, sigue haciéndome las albóndigas que tanto me gustan, que algún día me acercaré a comer alguna", gracias por todas las comidas, las carreras al aeropuerto, arreglar papeles, gracias, mil gracias a todos. Y a ti, Patty cariño, que te quiero, como decías con papá, hasta el infinito y más allá...

Conchi Carrera González
Maó