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A la atención de la Sra. Caules
El día 19 de noviembre se publicó en el apartado "Xerradetes de Trepucó" que al poeta que se dedicó una calle "no va du un duro as poble, si vivim coses veurem". Es cierto, no produjo bien material, en cambio sí riqueza cultural y renombre. Al tener que vivir en Barcelona escribió parte de su obra, rememorando su querido Fornells, versos nostálgicos, ensalzando su belleza y sintiéndose muy orgulloso de su pueblo natal. En la vida, como usted sabe, no todo tiene un valor crematístico. Para él, tener una calle en reconocimiento a su obra siendo su origen muy humilde fue un gran honor y tuvo el placer de poder disfrutarlo en vida.Avenida del poeta Gumersindo Riera Sans, derivando con el tiempo en avenida del poeta; pocas personas son las que puedan verlo en vida.Tuve también el placer de estar presente en el acto de descubrir la cortinilla que cubría su nombre. Recuerdo también el abrazo de mi padre, emocionados. Eran hermanos y se querían entrañablemente. También fue mi padrino de bautismo, compartido por mi muy querida doña Juana Orfila Marqués, Sra. de Martínez Verdú, gran modista y mejor persona.Tengo, siguiendo con el poeta, el gusto de ser heredera y celosa cuidadora de su obra, la cual pongo a su disposición por si tiene a bien ojearla, encontrará libros editados, manuscritos, trofeos honoríficos, entrevistas, crónicas de su época en la que se le llegó como referencia a denominarlo insigne y laureado. Creo que fue Del Arco, colaborador de "La Vanguardia", quien así lo escribió.

Gracias por su atención, reitero mi ofrecimiento y la saludo muy atentamente.
Me permito recordar uno de sus poemas:

"Vull que me enterrin ací / de cara a la Tramuntana / vora aquesta arena groga sota aquestes aiguas blavas / vindré amb les dues mans buides (nua l'ànima) / Vull confondre'm en el silenci/ de l'escuma blanca blanca.

O bien en castellano, era bilingüe y solía traducirse a sí mismo.

Enterradme aquí enterradme / cara al viento de Tramontana / junto a la arena de oro / bajo las aiguas diáfanas. / Vendré sin nada en las manos / desnuda, desnuda el alma / quiero fundirme en la aguas / como un eclipse de luz / en la espuma blanca, blanca.
Así se cumplió, esparciendo sus cenizas en el puerto de Fornells.
Gracias por su atención.
Ana Riera Marqués,
Vda. de Moll
Maó

"Un pueblo, un club, una afición"
Era un hombre serio, extremadamente serio. Guardaba las distancias. Las bromas, las hacía casi siempre en la mesa porque era un enamorado del buen comer y de las reuniones de amigos. Eso sí, amigos muy elegidos. Nunca fue fácil entrar en el círculo de Gaspar Melsión Juan, el presidente con quien el C.F. Sporting Mahonés ha conseguido los mayores logros de su historia. Hoy, Gaspar se ha ido a este cielo particular que cada uno de nosotros debemos tener en una parte del Universo. Y lo ha hecho, apenado, con el corazón roto por el nulo apoyo que ha recibido y recibe 'su' club de parte de las instituciones y de las empresas privadas de Menorca. Siempre la misma canción... En los años de esplendor, aquellos en que el lema 'Un Pueblo, un Club, una Afición' se veía reflejado en las pegatinas de los coches, el empresario mahonés ya reclamaba ayuda porque ni los propios clubs de Menorca 'daban la mano' a un equipo que ¡había ascendido a Segunda B! Mientras el Sporting recibía en el Municipal Mahonés al Terrassa, al Alzira o cualquier otro rival peninsular, a pocos kilómetros de la capital isleña se jugaban decenas de partidos de fútbol de inferior categoría para gozo de sus aficionados... Un reino de Taifas... Cada uno a la suya... Jamás se pudieron unificar horarios para que el Sporting, el equipo de fútbol de mayor renombre de Menorca, pudiera tener una afición de toda la isla... Pero Gaspar no fracasó...

Un Sporting añorado
El mejor presidente blanquiazul -los números y la historia le avalan-, aparte de invertir mucho dinero en el proyecto, consiguió colocar quinto al Sporting en una Liga de Segunda B, y contó con futbolistas que siempre serán recordados. Los hermanos Engonga, Tarsi Aguado, Carlos Rubio, Kike Ciaurriz, Andrés Villanueva, Nofre, Adriano Marín, Juan Ignacio Vinent, Gervasio Mamajón, Rafa Sanz, Manolo Lorente, Tiago Sansaloni, los hermanos Viroll, y tantos otros, forman parte de la época prodigiosa de un Sporting que nació de las miserias de la U.D. Mahón y del C.D. Menorca.

Melsión, un pequeño o gran empresario -según se mire- de la calle del Carmen -barrio pescador de Mahón-, tomó las riendas del Sporting contando con un grupo de gente que le fue casi siempre muy fiel. Pepe Enseñat, Pepe De Pablos (EPD), José Coll (Verd), Damià (La Rueda), Mario Delgado, su cuñado José, Xisco Pons, Nicolás Triay, 'Memo' y compañía, fueron escuderos de postín para un Gaspar Melsión que, con mano dura, rigió varios años un club que debía ser de todos...

La ¿mejor? temporada
Aún con el corazón encogido recuerdo cuando, en pleno esplendor sportinguista, Gaspar Melsión, presionado por un entrenador navarro de triste recuerdo, decidió vetar la entrada al Estadio Municipal de Mahón a quién esto firma. "Prohibido a Pau Pons -persona y periodista- entrar en el campo para transmitir los partidos", me escribió Melsión en una carta. Pero pagando, sí se podía entrar, claro... Y así lo hice. Todavía no existía el euro... billetes de cien pesetas... Fue un año, una temporada muy dura. Durísima para mí. El club de mi pueblo, el club al que seguía y continué siguiendo por todos los campos de España (gracias a Pep Cabrinetti, director de la cadena Cope Menorca en aquella época, por su confianza hacia mí ya que los medios, como tales, no estaban vetados), sí, ese club, me dio la espalda por un rifirafe verbal que tuve con su maquiavélico entrenador. Y la 'lucha' duró meses y meses. Los jugadores no hacían declaraciones a los medios informativos en los que yo trabajaba por miedo a ser multados, el entrenador se explayaba en la emisora rival llenando de insultos, mentiras y falsas intrigas el mundo futbolístico mahonés... Nadie de la directiva, ni oficial ni oficiosamente, hablaba conmigo... Melsión defendía a su entrenador, como correspondía hacerlo, aunque, me consta, la situación le corroía el alma. Hasta que... llegó el final de temporada. La prensa local, a instancias del club, anunció que el técnico de marras renovaba una temporada más con el Sporting, cuando el personaje, en secreto, ya había apalabrado su fichaje por el Mollerussa. Ahí se dio cuenta Mahón de quién era el navarro. Un falso profeta. Un bocazas y un mentiroso. Ángel Ablanedo Jiménez, se fue de Mahón sin ni siquiera participar en la cena del Club Marítimo en la que se celebró la mejor clasificación de la historia del Sporting Mahonés, (por aquel entonces, 'El Equipo Blanquiazul', en mis periódicos y emisora de radio). Melsión y Pau hicieron tabla rasa. Sin rencores pero sin olvidos. Y las lanzas se volvieron cañas... Hasta hoy.

A can Vicent
Melsión se marchó un día del Sporting y pronunció una frase contundente: "No volveré jamás". Lo cumplió aunque, desde su casa, sufriera los golpes que encajaba un club desestructurado y huérfano de 'Caballos Blancos'.

Mis últimos recuerdos de Gaspar los encuentro en las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia de Mahón. Nunca faltaba, el 7 de septiembre, a la cita con sus amigos y conocidos en el patio de can Vicent, justo frente al Cementerio. Allí, con sus familiares y vecinos, en plena tertulia futbolística, hablábamos mucho del pasado, un poco del pobre presente y casi nada del incierto futuro... (Melsión me hablaba de un proyecto para hacer un nuevo campo...) Ya no volveremos a hacerlo. Gaspar se ha ido y el dolor me invade. Tuvimos tantas diferencias como respeto mutuo... Al menos, así lo creo. Qué pena... Siento mucho que su corazón blanquiazul, cansado de sufrir, se haya parado a los 74 años.
Descanse en paz, Gaspar. El fútbol de Mahón nunca le olvidará ni yo tampoco. Y es que, caló usted hondo en mi juventud y en mis principios como periodista... Hasta pronto, Presidente!
Pau Pons Mascaró
periodista