TW
0

La crisis y el pensamiento único

Últimamente se vienen publicando en las páginas de este periódico, diversos artículos de opinión que no hacen más que repetir una y otra vez, como si fuera un mantra budista, una explicación muy retorcida de la crisis: los malvados capitalistas aprovechándose de la desregulación de los mercados han creado una monumental burbuja financiera y han arruinado a medio mundo. Dicha interpretación se hace tanto desde el ámbito conservador como del socialista.

Es curioso como la crisis ha tenido su origen en los dos mercados más regulados del mundo: por una parte el financiero, donde los gobiernos ostentan el monopolio de la emisión de dinero e intervienen muy activamente en el mercado de los tipos de interés, y a través de entidades como la FED, el BCE, la CNMV, la SEC, etc. controlan las entidades financieras. Tampoco tenemos que olvidar que en España la mitad del sistema financiero estaba en manos del estamento político, a través de las cajas de ahorro.Por otra parte, no hay un sector económico en España más regulado que la construcción: regulaciones urbanísticas que limitan enormemente el justo derecho de propiedad, regulaciones fiscales auténticamente confiscatorias (IVA, ITP, Licencia de Obras, Licencia de Actividades, Impuesto a la Construcción, IBI, Impuesto sobre el Patrimonio); regulaciones muchas veces poco claras y arbitrarias que dejan a la discrecionalidad del gobernante el poder de ejercer o no el derecho a edificar; miles de regulaciones técnicas en cuanto a las condiciones de las edificaciones; regulaciones de Seguridad Social; regulaciones de Seguridad y Salud; regulaciones de Medio Ambiente; regulaciones sobre la emisión de ruidos; regulaciones sobre los residuos generados...

¿Acaso todo lo anterior es una falta de regulación de ambos mercados?

La intervención de los gobiernos siempre crea graves desajustes que luego se transforman en enormes burbujas, sucedió en 1929 y ha vuelto a suceder en 2008.

Un caso claro lo tenemos en Menorca con el PTI: parece que ya no nos acordamos que el fijar cupos a las licencias de construcción provocó que todo el mundo se lanzara a edificar por el miedo a perder su derecho a hacerlo, agravando aún más la enorme burbuja inmobiliaria: los precios de las propiedades inmobiliarias alcanzaron cotas irracionales debido a las regulaciones impuestas tanto en el campo urbanístico como en el de política financiera. La limitación del suelo edificable tuvo el mismo efecto sobre los precios, haciendo artificialmente mucho más ricos a los propietarios de terrenos. ¿Es esto desregulación?

La solución que se ha buscado a la crisis financiera es sorprendente: en lugar de hacer recaer las pérdidas de una entidad como Bankia sobre sus impositores, bonistas, prestamistas, tenedores de valores, etc., han socializado las pérdidas haciéndonos responsables de la gestión de los distintos partidos políticos en el Consejo de dicha entidad (con sueldos millonarios, por cierto). De este modo, las pérdidas de unos pocos inversores privados se han trasladado a los hombros de todos los contribuyentes, agravando aún más los problemas de la Deuda Pública española. Existía otra solución menos problemática, como era la transformación forzosa de algunos pasivos de la entidad en capital.

En cuanto al sector inmobiliario, no se trata de desregular totalmente el urbanismo, sino de hacer unas normas claras, sencillas, inteligibles por todos y sobre todo lejos de la discrecionalidad de los gobernantes. No deben ponerse trabas donde no necesita haberlas. Ahora lo que tenemos no son normas sino auténticas planificaciones del urbanismo, al estilo de los planes quinquenales soviéticos... y ya sabemos como acabó todo lo soviético: opresión sin límites, el medio ambiente hecho unos zorros... Por otra parte, no tiene que preocuparnos si una inmobiliaria quiebra, lo que tiene que preocuparnos es que tengamos un sistema judicial mucho más ágil en el campo concursal para que salgan al mercado con mayor rapidez los bienes de sociedades en procedimiento concursal. (Ahí sí que se necesita la intervención del Gobierno).

No hay más remedio que ir hacia un modelo menos intervencionista, un modelo en el que los gobernantes se entrometan menos en nuestras vidas, que no decidan por nosotros que es lo que nos conviene y que es lo que no nos conviene, y un modelo de Administración menos costosa, no solo la española, sino también la Administración de la UE (el Pensamiento Único nunca pone en duda la "necesidad" del modelo de Administración de la UE). El disparate actual no es sostenible, en lugar de reducir el gasto público más superfluo se suben los impuestos y se recortan aquellos gastos que afectan más a la gente, sin dar alternativas para elegir entre lo público y lo privado (sanidad, pensiones) o reduciendo gasto en educación que nos impedirá crecer en el futuro. La crisis presupuestaria se va a agravar ya que artificialmente el Gobierno está creando incentivos para agrandar el mercado negro, con la subida sin mesura de los impuestos. Para salir de una crisis como la actual no hay más remedio que aumentar el ahorro para que pueda aumentar la inversión y de este modo generar empleo; en cambio el Gobierno ha anunciado recientemente un aumento de la presión fiscal del ahorro.

El panorama no es muy alentador, pero no podemos sumirnos en el desaliento. Las soluciones existen, solo tenemos que exigir que se apliquen.

Juan R. Pons Carreras
Maó