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La revista «Portum», gratuita, de esmerada edición y alabada por el mismo Luis Alejandre, publica a toda plana en la contraportada de su número 4 del pasado mes de julio una magnífica fotografía de S'Altra Banda a la altura de Cala Rata. La foto está tomada desde el mar y en ella se ve un kayak pilotado por un adulto acompañado de un niño, delante de la costa en la que claramente aparecen unas cuidadas y centenarias casetes de vorera. La imagen es de gran belleza y emana serenidad, la belleza y la serenidad características de Menorca. Esta página está patrocinada por Port de Maó, Autoridad Portuaria de Balears (APB), bajo el título "Disfruta del puerto".

Desgraciadamente, el futuro de esta imagen que la APB utiliza como sutil propaganda está condenado a un cambio radical. La propia APB ya concedió a una empresa privada con ánimo de lucro la reconversión de este espacio para amarres de grandes esloras y, en consecuencia, la construcción de los paseos de acceso junto a la de los utillajes e infraestructuras pertinentes. Nada que ver con la idílica fotografía expuesta. Desearía, a ser posible, que se evitaran situaciones como esta que rozan con el cinismo.

Temo por nuestro puerto de Maó. Todo evoluciona y así se ha visto en las opiniones expresadas en el reciente Foro de la Illa del Rei y en diversos comentarios posteriores en la prensa. No sé de qué forma ha podido impresionar la isla a ciertos señores para que aboguen por el mega-lujo, los mega-yates y los mega-vips como solución de futuro. El equilibrio entre una oferta lúdico-deportiva suficientemente eficaz que no excesiva y el placer de permitir seguir escuchando el canto del viento contra los ullastres debiera ser la meta de excelencia. Difícil, sí. Imposible, no. Hay que evitar lo que dice Luis Goytisolo en «Liberación»: «Por eso cada generación es más tonta y torpe que la anterior. Esa perdida de facultades es lo que se llama evolución».