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Hace unos días se me ocurrió ver a través de mi ordenador el pleno del Consell insular celebrado el 21 de septiembre. La gran mesa en forma de herradura sigue siendo la misma, algunos consellers también, pero lo que sin duda es distinto es el nuevo govern.

Desde que el tripartito llegó al gobierno, se ha decidido ir dándole al ambiente, a las formas y a la indumentaria, un aire bien distinto. Yo diría que ahora lo pretendido es que sea más familiar, relajado y campechano, que cuando quien gobernaba eran las huestes de la rancia derecha. Eso de empezar y finalizar las intervenciones con el «Gràcies Sr/Sra. President/a» ya no se hace estrictamente necesario... gracias de qué, menuda chorrada, gracias dármelas todos los ciudadanos por estar aquí sacrificándome por vosotros. Lo de ceder la palabra al Sr. o Sra. consellera o al Sr. Fulanito o Sra. Menganita tampoco se hace demasiado necesario, de hecho hasta doña Maite Salord (perdón por lo de doña) cedió en algún momento de ese pleno la palabra al líder de la oposición con un «té la paraula en Santi Tadeo», y cuando pasó la palabra del conseller Tadeo al conseller Florit lo hizo con un divertido «de Santiago a Santiago». Entrañable en este punto el conseller Sr. Ares de Podemos al decir sinceramente que no es persona de mucho protocolo y que agradecía la palabra y que a ser posible eso se extendiera por los cuatro años, pues es persona práctica (grabación 2h. 23' 30'').

Vamos, que no está para estas pequeñeces de tener que dar las gracias cada vez que habla, eso es de burgués. El atrezzo también va cambiando en varios de los consellers del equipo de gobierno. Se acabaron por el momento las americanas, por supuesto las corbatas, también los trajes de chaqueta y los vestidos de corte, ropas al alcance de casi cualquiera (no digamos de los consellers) desde que Inditex acercó el diseño a todos los bolsillos. En cualquier caso, no me cabe duda de que el hecho de que los miembros de PSM/Més, PSOE y Podemos acudan a los plenos y demás actos institucionales en vaqueros, camisas por fuera del pantalón (preferiblemente andinas), crocs, xamarretes, polos desabotonados y bambitos fresquitos modelo Omaita, no significa que no seleccionen cuidadosamente su atuendo, es más, estoy completamente seguro que lo hacen de un modo mucho más delicado que los miembros de la derecha, vaya a ser que la gente se piense que por gobernar se les ha pegado la manía de vestir como ellos. Ellos siguen siendo gente cercana que nada tiene que ver con el político burócrata que ocupó el CIMe entre los años 2011 y 2015, y que se desayunaba un niño cada mañana antes de ir a sentarse al despacho público desde el que por puro placer se escrutaba la cabeza para intentar hacer la vida más desgraciada a los ciudadanos ordenando talar árboles, hormigonar las playas y trucar los vehículos al estilo VW para que contaminen más. Esto ya no ocurre, y para darse cuenta no hay más que pasarse mensualmente por el CIMe o por su web.

Y en cuanto al fondo, decir que no pude por menos que solidarizarme con la consellera del PP Sra. Herráiz cuando ante la nula respuesta a la pregunta que le hizo a la consellera del PSOE Sra. Cabrisas relativa al devenir de las medidas que debía acometer la izquierda para acabar de inmediato, entre otras lacras sociales denunciadas en campaña por la izquierda, con la inexistente desnutrición infantil en Menorca y aunque esa respuesta durara cinco minutos dignos del Manual del Discurso Perpetuo, aquella confesara que se sentía desolada. Al menos en la contrarréplica la Sra. Cabrisas reconoció que no han descubierto una luz extraterrestre, y que están haciendo lo mismo que se hacía antes (no es broma, 1h. 33' 32'' de la grabación). Invito al lector a que recupere esa grabación del pleno del CIMe para poder comprobar cómo las promesas dadas para solventar esos supuestos problemas sociales, se han quedado en nada porque las distintas administraciones ya venían haciendo lo que se tenía que hacer. Y también, y como contaba, para que comprueben las formas y atuendos que a la estela de los ayuntamientos nacionalpodemitas de Madrid, Barcelona, Cádiz y Zaragoza, entre otros muchos, va adoptando nuestro Consell. ¡Qué nivelazo!