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Menorca como Reserva de la Biosfera encaja dentro de la consideración otorgada por la Unesco a estas zonas, definidas como «área con valores naturales a conservar pero habitado y explotado por la sociedad, buscando un equilibrio entre desarrollo económico y conservación natural, para alcanzar un desarrollo sostenible que sea un modelo de desarrollo alternativo a la depredación de los recursos naturales que ha habido hasta ahora, ya que se considera que al ritmo actual de explotación de los recursos se agotarán en pocos años, eliminando el crecimiento económico y desintegrando la economía y la sociedad». Una reserva de la biosfera no es una figura proteccionista a ultranza, sino que incluye la explotación y el desarrollo económico de la zona.

Según la Unesco, las funciones de las reservas de la biosfera giran en torno a tres ejes:

1- Fomentar el desarrollo económico y humano de forma que sea sostenible ecológica y socio culturalmente.
2- Proporcionar apoyo a la investigación, supervisión, educación e intercambio de información relacionados con los asuntos locales, nacionales e internacionales de conservación y desarrollo.
3- Contribuir a la conservación de los paisajes, los ecosistemas, las especies y la variación genética.

Cuando se alberga una reserva de la biosfera se puede crear concienciación ecológica entre los ciudadanos y los gobernantes y pueden ser útiles para explorar y demostrar nuevos métodos de conservación y de desarrollo sostenible. Mediante las investigaciones científicas se comprende mejor el impacto que tiene el ser humano en la naturaleza y se buscan soluciones innovadoras. Por otro lado, una reserva tiene la posibilidad de atraer fondos económicos de diversas fuentes.

  • La producción de energía a través de fuentes renovables contribuye a desarrollar un planeta limpio y sostenible.
  • La sociedad cada vez toma más conciencia de los beneficios tanto medioambientales como económicos que supone la generación de energía limpia como la solar fotovoltaica:
  • Proviene de una fuente inagotable, el Sol.
  • No contamina, no produce emisiones de CO2 u otros gases.
  • No precisa de un suministro exterior, no consume combustible, ni necesita presencia de otros recursos como el agua o el viento.
  • No produce ruidos.
  • Reduce la dependencia energética.
  • La mayor producción coincide con las horas de mayor consumo.
  • Los sistemas son sencillos y fáciles de manejar.
  • Elevada versatilidad, los sistemas pueden instalarse en casi cualquier lugar y las instalaciones pueden ser de cualquier tamaño.
  • Las instalaciones son fácilmente modulables, con lo que se puede aumentar o reducir la potencia instalada fácilmente, según necesidades.
  • Las plantas apenas requieren mantenimiento y tienen un riesgo de avería muy bajo.
  • Los módulos gozan de una larga vida.
  • Los sistemas resisten condiciones climáticas extremas: granizo, viento, frío, etc.
  • Es un sistema de aprovechamiento de energía idóneo para zonas donde el tendido eléctrico no llega o es
  • dificultoso y costoso su traslado.
  • Fomenta la creación de empleo local.
  • Atrae inversores.
  • Mejora su imagen al generar energía no contaminante.
  • El coste de los componentes disminuye a medida que avanza la tecnología.
  • Proporciona ahorros económicos.

En cada vez un mayor número de países se está imponiendo una legislación que permite el autoconsumo, generando notables ahorros económicos para propietarios e inversores de plantas solares fotovoltaicas.
Está demostrado que la generación de energía limpia es un valor añadido a la imagen de las personas que contribuyen a su desarrollo. Valores como responsabilidad, sostenibilidad, preservación del medio ambiente, tecnología, compromiso, futuro e innovación son valores positivos con los que se identifica a las marcas que promueven el uso de las energías renovables.

¿No os parece que Menorca, como Reserva de la Biosfera, es de lo más adecuado y encaja perfectamente en este modelo de sostenibilidad?

Por si fuera poco, tenemos al papa Francisco de nuestra parte, Jorge Mario Bergoglio ha dicho claramente que «sabemos que la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes (sobre todo el carbón, el petróleo  y, en menor medida, el gas) necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora».  El papa es claramente partidario de las renovables y anticarbón, antigás o antipetróleo, materias primas no solo contaminantes sino también causantes de muchas guerras y desigualdades sociales en medio planeta. Y así lo recoge en su carta-encíclica «Laudato si».

Dicho queda.