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El día 21 de enero la señora Flor Fernández, como representante de Comunicación de Correos Zona 5 (Ciutadella de Menorca) ha contestado, en una carta publicada por este periódico, a otra firmada por asociaciones y vecinos, también publicada en «Es Diari» el 13 de enero, titulada «El buzón de la sinrazón, ¿por qué nos quitan derechos?». En nombre de su entidad (Correos), doña Flor menciona algunas cuestiones sobre nuestro escrito y opinión ante el futuro del servicio de Correos en casi todas las zonas del extrarradio de nuestro municipio. Ante las palabras de Correos, deseamos dejar claro a vecinos y vecinas de Ciutadella la realidad a la que nos enfrentamos. Estamos deseando retomar cualquier diálogo productivo, de forma seria, con alguien responsable y con capacidad de decisión en la empresa Correos. Así, podremos también zanjar las movilizaciones que tenemos emprendidas, que emprenderemos, y que durarán hasta que se restituyan plenamente los derechos que pretenden quitar a vecinos y vecinas de nuestro municipio, o que ya se han cercenado en algunas partes de Menorca. Señora Flor Fernández y señores de Correos:

1) A pesar de que insinúan nuestra ignorancia, conocemos el Real Decreto 503/2007, aunque no lo hayamos mencionado en el escrito anterior. Señora Flor, ustedes hablan en onda media y las personas afectadas de Ciutadella en frecuencia modulada. Si no hemos mencionado dicho Real Decreto es por una razón muy importante y de base: ni ustedes, ni la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) se refieren al mismo a la hora de declarar 'entorno especial' todo el extrarradio de Ciutadella. Repasen la resolución de la CNMC, señora, repáselo usted y sus jefes y no sigan por ese camino, por favor. Es más, si esto fuera así y siguen argumentando por ese lado, la verdad, somos vecinos y no abogados, pero igual nos llevan a pensar que está viciado todo el proceso de declaración de 'entornos especiales' y les va a costar dinero y ridículo si se va liando todo el asunto.

2) A partir de ahí, la mayoría de sus argumentos se caen y se desmoronan. Señora Flor, por favor, no pretendan confundir a la gente, a los vecinos y vecinas y el resto de instituciones menorquinas a través de su escrito. Es verdad que ustedes pueden estar utilizando su pólvora real con cierta legalidad (la legitimidad ya la veremos), pero no es verdad que esté obligado el operador de Correos a actuar como pretende dar a entender. Si lo hace es por intereses concretos y particulares pasando por encima de los usuarios-ciudadanos.

Por ejemplo, la propia resolución de la CNMC escribe en su punto primero: «Solicitud de la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, S. A. para que se determinen las condiciones de reparto (...)» y sigue (...) «Con fecha 30 de mayo de 2014 tuvo entrada solicitud de (...) Correos para que se determinen las condiciones de reparto que corresponden a (...) y se valore si concurren en ella las condiciones previstas en el artículo 37.4 b) del Reglamento por el que se regula la prestación de servicios postales, aprobado por Real Decreto 1829/1999 (...) en adelante Reglamento Postal (...)». No transcribimos los datos concretos de las 'urbanizaciones' a que se refiere la resolución, pero da igual, vale para toda. Dos inexactitudes de sus propios argumentos se desmontan con la propia resolución doña Flor. 1) Ustedes, en su carta pública de contestación, hablan de un Real Decreto que no se menciona en ningún momento ni en su solicitud, ni en la resolución de la CNMC; y 2) Por mucho que quieran vestir a la mona de seda... ¡ya sabe!... ¡Es el operador Correos quien solicita aplicar un recoveco de la Ley para precarizar nuestro servicio y derecho a la correspondencia!! Nadie, absolutamente Nadie, les obliga a adoptar estas medidas. La ley les deja solicitar tal declaración, no les obliga, son ustedes quien lo solicitan si quieren. Si hay algo que les puede obligar a ello serán sus ansias de conseguir unos beneficios económicos para unos pocos a consta de precarizar los derechos a la correspondencia de muchos ciudadanos y ciudadanas. No digan que hacen lo que exige la Ley sino lo que ésta les deja hacer porque se la han hecho a medida, o eso parece.