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Acabo de llegar de una escapada de fin de semana por Bulgaria. Después de una cena en condiciones con mi compañera de piso, cojo el ordenador para leer los últimos correos, actualizaciones de trabajo y el estado de mi tarjeta de crédito tras este viajecito (menos mal que Bulgaria es uno de los destinos más baratos de Europa). Cuando ya he acabado, miro Facebook. Tengo una veintena de notificaciones. Una de ellas viene de un grupo del que soy miembro: Españoles en Berlín, creado para intentar resolver dudas relacionadas con papeleo y burocracia, compra-venta de productos, búsqueda de piso y para escribir cualquier tipo de duda o sugerir recomendaciones.

Esta vez, la notificación me llega porque una joven ha escrito para anunciar, por si alguien está interesado, que sepa que se ha abierto un nuevo grupo de Facebook paralelo llamado Feministas en Berlín. Y adjunta el enlace. Fin.

Los tres primeros comentarios son de un tal Rafael Eduardo Ruiz Vivar. En ellos, suelta frases como estas: «Iros a tomar por el puto culo los podemierdas y tú», «payasa», «me preocupan más los parados, los mayores de 55 años… bastante más que si una cerda se quita o no los pelos del coño», «estoy hasta la polla de vosotros/as», «feminazi»… Perlitas que además de hacer el esfuerzo de volver a leerlas para escribíroslas, también os las corrijo; ya que no se conformó solo con dañarme la moral sino que también se propuso joderme la vista escribiendo cosas como «bastante» con v.

Un poco más abajo, unos cuantos comentan que se debería denunciar a este individuo a través de la red social; a lo que él contesta: «Se nota que aún vivís en la edad de piedra. Ya entiendo por qué no conocéis ni el jabón ni la cuchilla de afeitar. Lo que tenéis que hacer es lavaros» (con b). Acto seguido alega que prefiere ser medio «anlfabeto» (supongo que analfabeto) a no tener «vergüenza» (evidentemente, sin diéresis) y «honestidad». Y termina diciendo: «Si os insultan, machismo; y si os dicen un piropo (como soltera o guapa) peor… Iros a la montaña solos sin Internet y no deis por culo y punto».

Por desgracia, se empieza a unir gente que defiende a este hombre. Un tal Javier Blanco arremete al típico (por desgracia) «tiene pinta de que folla poco» y otro, un tal Juan Carlos Martos López, adjunta imágenes como una titulada «Existen dos tipos de mujeres» en la que sale un bocadillo de chóped cerrado y uno abierto u otra en la que sale una chica y alguien le pregunta: «¿Nivel de francés?», a lo que ella contesta: «…Hasta que me den arcadas». Lo siguiente que se lee es: «¡¡¡¡Contratada!!!!».

Y yo me quedo sin comentarios y con unas ganas de vomitar increíbles.

La mujer no tiene que ganarse ningún derecho, los derechos los tenemos de nacimiento, igual que los hombres. Recuerdo que todos somos personas.

Y ahora que cada uno reflexione como quiera…