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Me llegó el pasado día nueve de abril una notificación de multa del Ayuntamiento de Mahón. El motivo de la sanción -leo literalmente- : incumplir las limitaciones horarias de duración del estacionamiento (más de 72 horas en el mismo lugar). Sorpresa, indignación y la inevitable pregunta. : ¿Cómo es posible que alguien haya podido comprobar que durante las aproximadamente 72 horas que estuvo correctamente aparcado el coche no se haya podido mover en algún momento para colocarlo posteriormente en el mismo lugar? No creo puedan aportarse pruebas a favor de algo tan insólito e indemostrable.

¿Es lógico multar a un conductor por estar debidamente aparcado en un determinado lugar durante aproximadamente tres días y pasar por alto otras conductas más molestas y que pasivamente y con notoria sorpresa contempla el ciudadano tan a menudo?

Tanto celo en poner multas contrasta con la poca facilidad que encuentra el sufrido contribuyente cuando pretende denunciar determinados hechos o cuando contempla con impotencia como se cierran calles al tráfico ¡qué casualidad! coincidiendo con el comienzo de la temporada turística.

En fin, que el resumen de esta historia es: voracidad recaudatoria.

Por si hubiera dudas acerca de porqué no he recurrido a las altas instancias ante multa tan injusta, aclararé que he intentado hablar con la alcaldesa en dos ocasiones; me recibió su secretaría, me pidió el teléfono y todavía estoy esperando respuesta.

Sigan por este camino, hagan caso omiso de las reivindicaciones justas, celebren festejos y más festejos para que olvidemos los verdaderos problemas. Y cuando lleguen las próximas elecciones, envíennos papeletas, a ser posible ensalzando su labor en pro del ciudadano y lo mucho que han hecho para que no nos destrocemos la espalda cargando garrafas de agua para evitar beber un agua insalubre. No duden que tendrán una efusiva acogida por nuestra parte.