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En el ecuador del mes de mayor actividad turística, las percepciones sobre la temporada son muy desiguales. A pesar de la recesión del mercado interior, la ocupación hotelera es buena y el gasto turístico, según los últimos datos conocidos, ha crecido. El incremento de algunos mercados emisores es, sin duda positivo y ha conseguido mitigar los efectos de la recesión económica en España. Sin embargo, se está alentando una valoración anticipada de la temporada excesivamente optimista. La encuesta de PIME sobre la facturación de empresas de distintos sectores pone de manifiesto que solo un 21 por ciento ha conseguido un incremento con relación a julio del año pasado.  Entre los bares y restaurantes, más de la mitad facturan menos en los meses punta de la temporada. Es evidente que los turistas llegan pero disponen de menos presupuesto para gastar en la oferta complementaria de la Isla. Los leves síntomas de recuperación en ámbitos como el comercio, no son percibidos en otras actividades, sobre todo en la restauración, que cuenta con una oferta muy amplia y fundamental para la actividad económica. Quizás, cuando la crisis deje de multiplicar sus efectos globales, los esfuerzos en materia turística darán mejores frutos.