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El diputado menorquín del PSIB-PSOE, que había reclamado libertad de voto tras apelar a la tradición republicana del Partido Socialista, protagonizó ayer un insólito episodio en el Congreso cuando optó por ausentarse y no participar en la votación de la Ley de Abdicación.

En los días previos a la votación de la ley orgánica para hacer efectiva la abdicación de Don Juan Carlos I, el diputado Guillem García Gasulla no tuvo empacho en prodigarse en declaraciones contra la Monarquía, a la que calificó de «herencia de Franco», pero ayer, tras ser llamado en dos ocasiones para votar, rehuyó las peticiones de los medios informativos y no quiso comentar los motivos de su comportamiento.

Ayer no se debatió en el Congreso de los Diputados la necesidad de revisar el modelo de Estado, «de plantearnos la continuidad de la Monarquía Parlamentaria, tal como la hemos conocido desde 1978, o de optar por la República», tal como recoge la resolución aprobada este pasado sábado por el comité insular del PSOE-Menorca.

Tras la expectación suscitada, García Gasulla debe dar explicaciones de su ausencia en esta votación histórica y razonar si ha actuado con coherencia.