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José María de Sintas Zaforteza anunció ayer su dimisión como alcalde de Ciutadella por los hechos registrados durante las fiestas de Sant Joan de este año, y concretamente el fallecimiento de una mujer herida en los Jocs des Pla. En declaraciones a este rotativo, el primer edil de Ciutadella afirma que «no soy culpable de todo, pero sí de una parte, y como alcalde debo asumir mi responsabilidad».

Pero el alcalde debe valorar si este gesto, que le honra al admitir su responsabilidad institucional como máximo responsable de la Policía Local de Ciutadella y también de Protección Civil, es el más acertado y correcto.

Es cierto que se ha perdido una vida humana, pero ha sido en un suceso fortuito, acaecido en un momento de gran peligro por el riesgo que entrañan los «jocs i corregudes des Pla».

Existe acuerdo en la necesidad de analizar a fondo y revisar las condiciones de seguridad de las fiestas de Sant Joan, afectadas por la afluencia de miles de personas que colapsan los espacios urbanos tradicionales. La renuncia de José María de Sintas constituye un severo toque de atención cuando más intenso es el debate sobre el presente y el futuro de las fiestas. Al alcalde corresponde explicar el sentido y el acierto de su dimisión.