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El presidente de Canarias, Paulino Rivero, pidió ayer la intervención del presidente Rajoy para paralizar las prospecciones de hidrocarburos. Al mismo tiempo amenazó con una «ruptura de relaciones institucionales» en el caso de que se dé un trato diferenciado a Balears. En nuestras islas también hay un clamor social e institucional, que lidera el Govern de José Ramón Bauzá, contra los proyectos para localizar petróleo.

Los sondeos y las prospecciones se han transformado en una confrontación política entre los gobiernos central y canario, tras haber autorizado el ministro Soria a Repsol el inicio de los trabajos en Canarias.

En este contexto, el gobierno canario lanza un nuevo desafío al Gobierno central, consciente de que Balears tiene más cerca la posibilidad de que no se lleven a cabo las prospecciones. Constituye un intento para poner en el mismo saco unas actuaciones que provocan rechazo en los dos archipiélagos, que también comparten su dependencia del sector turístico.

Las Balears no deben entrar en los planes de Paulino Rivero y mantener su criterio propio de firmeza en contra de los sondeos por criterios medioambientales y económicos.